El miedo de muchos médicos al abrir las consultas: “A este paso, asignatura de artes marciales"

Denuncian que agredir a un sanitario con una "guantá" sale muy barato y se soluciona con una multa de 200 euros

Irene Ramos

Sevilla - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Ocho de la mañana. Toca abrir las consultas de los centros de atención primaria. Algunos de los sanitarios respiran hondo y miran de reojo a los pacientes sentados en la sala de espera. Lo hacen para confirmar si está o no algún enfermo o enferma con el que haya tenido un incidente en días previos.

Rafael Gómez es médico. Y es también presidente de la rama de Atención Primaria del Sindicato Médico de Sevilla.

Y sí, cuenta en COPE Sevilla, que son demasiados los “médicos que van con miedo al trabajo”. Esta semana, un compañero en un pueblo de Sevilla del que prefiere no decir el nombre, ha tenido que escuchar la frase “moro de mierda, vete a tu país”.

Es un médico como los nacidos en España y que además “está solucionando un problema”, cubriendo una plaza en los pueblos, pero tiene que soportar este tipo de “agresiones verbales con tinte xenófobo”.

La realidad es que los sanitarios, sobre todo de los centros en zonas conflictivas, no saben lo que les espera cada día cuando se abre la puerta de la consulta.

Hay centros en los que está justificado por su conflictividad y peligrosidad, que exista un refuerzo de seguridad y no se hace nada.

Como dice Rafael, hay que ponerse en la piel de los profesionales, “imagínate lo que es llegar a tu trabajo, ver en la consulta a una persona que estuvo un poco agresiva contigo y que hoy te la puede liar”. Puede ser porque “la analítica que ha pedido no ha llegado o porque la baja que solicita no está justificada que se la des”. En ese momento el médico sabe que “o se la das o te encuentras con un problema”.

Hay personas que no pueden soportar esa presión, y “hay que cambiarlos de consulta, pero hay pueblos donde solo atiende un médico y no hay posibilidad de realizar ese cambio”.

Así que al día siguiente, a las ocho de la mañana, al abrir la consulta, “todo vuelve a comenzar, el temor a que una jornada más pueda pasarte algo mientras haces tu trabajo”.

Y sobre todo la desesperación de que una “guantá” a un médico sale muy barata, se soluciona con 200 euros de multa.

Medidas de emergencia para frenar las agresiones

Como médico, Rafael Gómez sabe bien a lo que se enfrentan sus compañeros. Y también sabe que están desesperados, que no ven salida y hasta han perdido las ganas de concentrarse a las puertas de los centros contra las agresiones a sanitarios.

Dice con cierto sentido del humor que no sabe si “además de los seis años de carrera y el MIR de formación, habrá que incluir una asignatura de artes marciales porque al ritmo al que vamos...”

Desde el sindicato médico se han repartido los llamados “timbres anti pánico” que sirven para reactivar a otros compañeros, es decir, médicos que defienden a otros médicos cuando alguno activa esa alarma sonora si está siendo víctima de una agresión.

Entre las principales reivindicaciones que ponen sobre la mesa para poder frenar esta lacra, reclaman poder denunciar las agresiones de manera anónima, sin que figuren sus datos “porque si figuran los datos estoy vendido”.

Además, piden que en centros con índice alto de agresiones existan agentes de seguridad o cámaras.

Y en tercer lugar, que haya una publicación de las condenas de los agresores, para que los sanitarios vean que la “tolerancia cero” con la violencia en las consultas es una realidad y no papel mojado.

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