Los peligros de lavarse en exceso las manos que debes conocer para evitarte muchos problemas
Estos son algunos de los principales peligros que tiene el lavarse en exceso y compulsivamente las manos, que debes conocer para evitarte muchos problemas
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El lavado de manos es una de las principales armas para evitar el contagio por coronavirus, como bien hemos podido escuchar a lo largo de todos estos meses desde que estalló la pandemia. Una recomendación que, lógicamente hay que seguir, pero sin que se convierta en una obsesión.
Hay que tener en cuenta que, como se suele decir coloquialmente, tan malo es no llegar como pasarse. Por ello, el lavado de manos ha de realizarse en su justa medida, para así evitar crearnos un problema.
Y es que si convertimos esta acción en algo compulsivo y excesivo, corremos el peligro real de conseguir lo contrario de lo que se pretende, es decir, desproteger nuestras manos e incluso sufrir problemas dermatológicos.
CUÁLES SON LOS PELIGROS DE LAVERSE LAS MANOS EN EXCESO
De hecho, un exceso de lavado provoca le pérdida de los aceites naturales que genera la piel, que tienen una función protectora y de aislante térmico. A estos aceites se agarran bacterias, acumulan suciedad y, con su oxidación, generan mal olor. Cuando nos lavamos las manos, eliminamos esta capa aceitosa junto con todas esas bacterias, hongos y suciedad y, al cabo de un corto espacio de tiempo, las células dérmicas vuelven a generarlo de manera natural, protegiendo otra vez nuestra piel.
Por esto, si nos lavamos excesivamente, no damos tiempo a que la capa aceitosa se regenere completamente y dejamos la epidermis al descubierto, favoreciendo que la piel se deshidrate con mayor rapidez y se resquebraje, dejando una puerta abierta para que los patógenos puedan colarse por pequeñas fisuras o heridas, y creen infecciones.
De esta manera, es recomendable usar crema hidratante de manera habitual después de cada lavado de manos. Además, con ello contribuiremos a que nuestra piel no se afee con el tiempo, pues si no la hidratamos facilitaremos la aparición de arrugas.
Otro de los problemas que nos puede generar un lavado de manos obsesivo, es el empobrecimiento de la flora bacteriana cutánea, es decir, la eliminación de gran parte de los miles de millones de bacterias, ácaros, hongos y otros parásitos que viven en nuestra piel y que ayudan a nuestro cuerpo a defendernos de otros patógenos extraños y agresivos, creando una perfecta simbiosis entre ambos.
Y es que si nos lavamos con mucha frecuencia, no damos tiempo material para que esa flora bacteriana cutánea se regenere, de manera que estamos dejando nuestra piel a merced de los patógenos, con lo que se aumenta de manera considerable el peligro de infecciones.
También es importante saber que a través de nuestras manos, cuando comemos, enviamos bacterias, hongos y parásitos que viven en ellas a nuestro aparato digestivo, contribuyendo a regenerar nuestra flora intestinal. Por ello, si nos las lavamos en exceso y eliminamos todos esos elementos, empobreceremos dicha flora intestinal.
Aunque sin duda alguna, uno de los problemas más generalizados entre la población por este exceso de celo en el lavado de manos, es la aparición de dermatitis irritativas y de contacto, a consecuencia tanto de la pérdida de la capa grasa como de la deshidratación y, especialmente, por el empobrecimiento de la flora cutánea.
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