Los caracoles, un producto estrella de la gastronomía andaluza, con propiedades que debes conocer

Si hay un producto típico de nuestra tierra que, a causa del cierre de los establecimientos de restauración por el coronavirus y el confinamiento de la población, estamos echando de menos este año, esos son los caracoles.

SEVILLA, UNO DE LOS TEMPLOS DE LOS CARACOLES

Y es que en Sevilla es toda una tradición, para los amantes de este molusco gasterópodo de concha en espiral, su consumo desde mediados de abril hasta mediados de julio.

De hecho, aparece anunciado en tablones y escaparates de gran cantidad de bares, especialmente los medianos y pequeños. Una tapa de caracoles con una cerveza bien fría, en un velador en estas noches donde se busca el ‘fresco’ de Sevilla, es un auténtico manjar de reyes.

Eso sí, aunque el caracol forma parte de la dieta mediterránea, siendo consumido fundamentalmente en España y Francia, fuera de ella no está muy bien considerado. De hecho, en culturas como la anglosajona, está equiparado a consumir una babosa.

Algunos estudios señalan que el consumo diario de este producto puede está rondando las 20 toneladas sólo en Sevilla.

Y ojo, no cualquiera sabe preparar unos buenos caracoles. Entre otras cosas, porque hay que saber purgarlos bien antes de comenzar a cocinarlos, para depurar los fluidos internos del mismo, a fin de eliminar su sabor amargo. Todo un rito del que depende gran parte del éxito o el fracaso de un buen vaso de caracoles.

PROPIEDADES NUTRICIONALES DE LOS CARACOLES

A pesar de su pequeño tamaño, tiene una carne rica en nutrientes y no son para nada indigestos, gracias a su fácil absorción por nuestro organismo.

Debido a su bajo aporte de calorías, el caracol es ideal en dietas de mantenimiento o pérdida de peso, puesto que, además, al ser cocinados sólo en agua con especias no se les añaden más calorías, claro que otra cosa es esa cerveza fresquita de la que antes os hablaba para acompañarlos.

El caracol tiene, además, un alto contenido en hierro, por lo que nos ayuda a prevenir la anemia y es muy recomendado su consumo en personas que practican deportes de intensidad, puesto que sufren un importante desgaste de este mineral.

Aunque no es el único beneficio de este alimento para los deportistas, puesto que gracias a su alto contenido en proteínas, permite el desarrollo de los músculos y la regeneración de los tejidos.

Al mismo tiempo, contribuye al mantenimiento de huesos y dientes, gracias a su importante aporte de fósforo y calcio.

Además, los caracoles tienen una gran cantidad de niacina, también conocida como vitamina B3, que nos ayuda a convertir los alimentos que consumimos en la energía que necesita nuestro cuerpo, siendo, por tanto, una vitamina muy importante para el desarrollo y la función de las células en el organismo.

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