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La explicación de una experta sobre los efectos de la violencia de género en el cerebro:"Literalmente se encoge"

Los investigadores han demostrado que la violencia de género, afecta a las neuronas de las víctimas

Irene Ramos

Sevilla - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

Las agresiones físicas y psicológicas a una mujer, dañan su cuerpo, pero también dañan su mente. Los expertos han demostrado que la violencia de género, afecta a las neuronas de la víctima, sobre todo a una de las estructuras más relevantes en la conectividad cerebral: la materia blanca.

La profesora titular de Fisiología de la Universidad de Sevilla, Susana Gaytán es autora de un artículo con el que deja claro que el cerebro sufre las consecuencias de que una mujer esté padeciendo de manera sostenida y permanente la violencia de género.

El dato más impactante es que daña al cerebro, hasta el punto de que los investigadores han comprobado con sus estudios que los cerebros de las mujeres víctimas de malos tratos son menos voluminosos.

El equipo de investigación parte de la premisa de que el cerebro va formando conexiones entre las distintas células que se encuentran en el cerebro y si están infradesarrolladas no pueden producirse de manera normal.

Es decir, que afecta tanto a la estructura del cerebro que literalmente se “encoge”.

Agencias

Los expertos aseguran que la violencia sostenida sobre las mujeres tiene efectos en el cerebro de las víctimas

Junto a todo ello, la investigadora explica que “esa situación enorme de estrés hace que la persona analice peor”. Son mujeres que están expuestas a un “miedo permanente y eso tensiona la capacidad del cerebro para analizar”. Como consecuencia de todo ello, las víctimas, “valoran peor” y “las vuelve más vulnerables”.

      
             
      

Además, esta violencia sobre la mujer lleva aparejado que suelan hacer su aparición de manera constante otro tipo de patologías. La explicación es sencilla, según la Profesora Gaytán: en el momento en el que “estás expuesto a estos niveles de presión, el cerebro está por decirlo de alguna manera sobreexplotado y sufre más patologías”.

Son unos efectos similares a los que sufre en cerebro en los menores acosados en el entorno escolar, la violencia en el entorno virtual o incluso es comparable al “estrés postraumático en los ejércitos en una guerra”.

Estas “condiciones extremas hacen que el cerebro se estropee más y el dolor es la forma de nuestro organismo, nos muestre que algo no está funcionando bien”.

      
             
      

En ese sentido se sufren “más migrañas, más problemas de salud mental” y problemas vinculados al estrés como “problemas de sueño, problemas digestivos, etc.”

La experta recuerda que afortunadamente los “daños no son permanentes”, porque “el cerebro es suficientemente plástico y se recupera cuando la mujer deja de estar sometida a la violencia”.

Las consecuencias de la exposición a la violencia de género

      
  • La violencia de género hace que se reduzca la profundidad de los pliegues y surcos del cerebro humano, que al aumentar su área total permiten la presencia de un mayor número de neuronas.

  • Algunas mujeres que sufren violencia de género en el marco familiar muestran daños en áreas corticales concretas relacionadas con el cerebro social.

  • Lo mismo ocurre con las estructuras relacionadas con el procesamiento de la información: según una investigación de 2016, las mujeres que sufren violencia de género sufren lesiones que afectan al comportamiento y la toma de decisiones como la amígdala, la corteza prefrontal, el hipotálamo y el hipocampo.

Y eso puede mermar su capacidad de planificar, organizar, resolver problemas, tomar decisiones, mantener la atención y adaptarse al entorno.

  • El Instituto Nacional de Estadística señala que la violencia de género, lejos de tratarse un problema anecdótico, afecta al 28,7 % de las mujeres en España y se calcula que, en todo el planeta, casi una de cada tres mujeres han sido víctimas de algún tipo de violencia de género.

  • Como consecuencia de este abuso, muchas mujeres sufren lesiones, traumas y, en muchos casos, incluso problemas de salud crónicos que van desde dolores de cabeza o problemas de insomnio a cuadros de ansiedad o depresión.