La sorprenden paseando en bici con su perro cojo atado al manillar y las redes estallan contra ella

La Policía Local de Sevilla ha denunciado a una mujer a la que sorprendieron, ‘in fraganti’, mientras circulaba por la capital hispalense en una bicicleta con su perro, el cual llevaba una prótesis por lesión en una pata, atado al manillar.

Pero aquí no queda la cosa, puesto que los agentes pudieron comprobar, cuando procedieron a identificar a la ciclista, que ésta se encontraba a casi un kilómetro de su domicilio. 

Por tal motivo, la Policía Local ha procedido a sancionarla, en primer lugar, por incumplir el estado de alarma y, en segundo, por incumplir la ordenanza municipal de tenencia de animales.

Tras hacerse pública esta sanción, la reacción de la gente en las redes sociales no se ha hecho esperar y muchos han estallado contra esta mujer por lo que consideran un “maltrato” hacía el animal, además de una "irresponsabilidad" en la actual situación de crisis sanitaria en la que nos encontramos.

Desde personas como Jesús, que consideran que “la animal es ella” por tratar así a un perro, a otras como Cristina que se preguntan “¿cómo puede ser así?” y piensan que “si le da igual poner en peligro la salud nuestra, que le va a importar el pobre perro”.

LA PICARESCA PARA SALTARSE EL ESTADO DE ALARMA

La picaresca de algunas personas en todo el territorio nacional para saltarse el estado de alarma y el confinamiento ordenado por el Gobierno de la nación para frenar la expansión de la pandemia del coronavirus, darían para escribir toda una tesis o al menos un anecdotario con ejemplos de lo que no se debe hacer en una situación de similares características.

Desde los que bajan a la tienda de barrio varias veces al día por productos sueltos, primero pan, luego carne, luego refrescos, y así todo el día, haciendo caso omiso a la recomendación de bajar a la compra una sólo una vez y, a ser posible cada varios días; hasta los que salen a correr con bolsa de la compra en la mano para intentar justificarse si son paradas por las fuerzas de seguridad del estado; pasando por los que pasean con un perro de peluche; o aquellos otros que, con una barra de pan en la mano, se llevan varias horas deambulando por las calles.

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