La Conservadora de la Catedral de Sevilla profeta en su tierra

La Conservadora de la Catedral de Sevilla, Ana Isabel Gamero, recibe la máxima distinción que concede el Ayuntamiento de su localidad natal

Ana Isabel Gamero es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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El Ayuntamiento de la localidad cordobesa de Palma del Río entregó el pasado 28 de febrero, en el marco de los actos que se celebran con motivo del Día de Andalucía, la Medalla de la Ciudad, máxima distinción que concede el Consistorio cordobés, a Ana Isabel Gamero, conservadora del Cabildo Catedral de Sevilla, y natural de la localidad palmeña. La concesión de esta distinción a Gamero fue acordada por el Pleno de la Corporación Municipal, con el voto favorable de todos los partidos con representación en el consistorio.

El acto tuvo, que lugar en el Teatro Coliseo, registró un lleno absoluto y contó con la presencia del deán del Cabildo Catedral de Sevilla y Vicario General de la Archidiócesis hispalense, Teodoro León.

En su discurso de aceptación de la medalla, Gamero agradeció a la corporación local la distinción, y subrayó el esfuerzo que realiza el Cabildo para que la Catedral sevillana brille y “durante siglos la conserve como espacio patrimonial y evangelizador”.

Breve reseña

Ana Isabel Gamero es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla con la especialidad de Conservación y Restauración de Bienes Culturales. Cuenta en su haber con una destacada experiencia profesional en proyectos de recuperación de obras de arte de temática religiosa en las Diócesis de Córdoba y Sevilla, y con un profundo conocimiento del patrimonio religioso en las diócesis del Sur de España. Desde abril de 2016 es conservadora del Patrimonio del Cabildo Catedral de Sevilla.

Entre los trabajos que ha acometido antes de asumir su actual responsabilidad en la seo hispalense, sobresalen la restauración de decoraciones pictóricas y escultóricas de la Puerta del Perdón de la Mezquita-Catedral de Córdoba, así como numerosas actuaciones en obras pictóricas del Arzobispado de Sevilla, el Seminario Metropolitano, el Palacio Episcopal de Córdoba, comunidades de vida consagrada, parroquias y colecciones particulares.

Sus compañeros destacan de ella su carácter afable y cercano, además de su enorme entrega y profesionalidad, lo que ha valido a la Conservadora para convertirse en una pieza clave entre la plantilla del Cabildo de la Catedral.