Tres años ya contigo

El domingo se cumplieron tres años exactos de relación entre el Sevilla y Lopetegui. A día de hoy, nadie ha cerrado la puerta de las especulaciones sobre el futuro del técnico

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Víctor Fernández

Sevilla - Publicado el - Actualizado

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El domingo pasado se cumplieron exactamente tres años de relación entre Julen Lopetegui y el Sevilla. Mientras el calor iba ganándole terreno a las tardes veraniegas y Nadal alargaba su perfil histórico, las webs escupían datos acerca de esta extensa relación que, a día de hoy, nadie se atreve a asegurar que se mantendrá firme y estable en los próximos meses. Pero vayamos primero con el pasado.

El 5 de junio de 2019, Monchi presentaba su nuevo proyecto y la apuesta por Lopetegui. Enfrentándose a una ola de críticas, el director deportivo no dudaba: “Me ha convencido en cuanto hemos hablado”. Lo que había sucedido con la Selección y su paso efímero por el Madrid no gustó nada a la afición. Monchi, incluso, llegó a reconocer que había dudado en el viaje de vuelta en el AVE. Pero dio un paso adelante. Y las cosas no han salido mal. El técnico vasco ha dirigido 160 partidos: 89 victorias, 41 empates y 30 derrotas. Logró un título de la Europa League, después del confinamiento, y ha enlazado tres años en la Champions. Sin embargo, algo pareció romperse en los últimos meses. La última temporada, pese al cuarto puesto, arrastró demasiados errores: el fracaso en la Champions, el paso silencioso por la Europa League, la eliminación en Copa del Rey, la caída del segundo puesto al cuarto, la plaga de lesiones, el bajo nivel de la mayoría de los jugadores en la segunda vuelta, el mal juego del equipo… Todos estos asuntos fueron limando la confianza, que quedó rota con ciertos comentarios del entrenador a sus amigos de Madrid a los que se quejaba del trato especial y agradable que Monchi siempre recibe, según él, de la prensa sevillana. Sólo había que poner atención para conocer el distanciamiento. Con este panorama acabó la temporada y llegamos a este punto. Vamos a la situación actual.

El club insiste en que el entrenador tiene dos años más de contrato y no hay nada que hablar. Pero en cualquier esquina uno puede oír el desencanto que reina con el técnico. El club se lo hizo ver y le advirtió que el plan pasaba por vender y remodelar el equipo. Los que mandan le han quitado ciertos privilegios de mando. Es decir, han tensado la cuerda para romperla. El entrenador guarda silencio desde el último partido de Liga. Parece que ha asumido la nueva ruta de la entidad y no da muestras de manejar ninguna oferta interesante que le anime a cambiar de aires. La relación se encuentra en un momento de cierta desconfianza en la que ninguna de las partes parece decidida a tomar una decisión. La puerta de las especulaciones sobre el futuro del técnico, por lo tanto, sigue abierta. Supongo que alguien la cerrará algún día.