polémica innecesaria

Una renovación envenenada

García Pimienta confirma que ya ha firmado su nuevo contrato hasta 2027

Foto oficial del Sevilla en la Plaza Nueva

Víctor Fernández

Sevilla - Publicado el

2 min lectura

      
      
             
      

El doctor Juan José López se ha convertido en una eminencia en la técnica de las regresiones, con las que conduce al paciente a vidas pasadas para sanar los traumas del presente. Una regresión es lo que sufrimos todos al presenciar la cutre comunicación de la ampliación del contrato de García Pimienta. El fútbol español guarda en la memoria a personajes como Manuel Ruiz de Lopera, Gil, Caneda, José María del Nido... Todos nos regalaron momentos inolvidables. Décadas después, el hijo de Del Nido quiso regresar al pasado.

La puesta en escena ya está analizada, pero sus consecuencias nadie logra saber qué dimensión tendrán. No hay dudas de que se trata de una decisión poco meditada, precipitada, autoritaria, torpe y muy comprometida. Sin duda, es una renovación envenenada. "¿Qué necesidad había de hacer esto?", susurran en las esquinas de los despachos del Sánchez Pizjuán. Del Nido Carrasco, que con el paso del tiempo descubre su autoridad oculta, reconoce a sus íntimos que no imaginó que este asunto causaría tal revuelo. Ya no hay vuelta atrás: la escena grabada, propia del mejor Manuel Ruiz de Lopera, se convierte en la sombra de su gestión

Es difícil encontrar una lectura positiva. Los jugadores apoyarán al entrenador hasta que decidan lo contrario, tenga firmados los años que tenga. Es una vieja historia. El club, ante una posible mala racha de resultados, se verá atado a esta decisión. La afición pasará factura al presidente tras cada derrota, con un grado más de rabia porque ha entendido la decisión como un pulso chulesco. Y el entrenador estará sometido a una presión extraordinaria que no le conviene dada su debilidad actual. Quizás alguien debería haberle aconsejado también que lo mejor era esperar. Las dudas sobre lo hecho son tan grandes que el club ni siquiera ha publicado una foto de la firma final, cuando estamos acostumbrados a ver a jugadores del filial desconocidos posando con los dirigentes el día de su contratación. ¡Qué extraño que no se haya dado boato a esta decisión tan importante! El tiempo dictará sentencia. La victoria es la única escapada. Pimienta ha confirmado hoy que ya ha cogido el bolígrafo. Desde hoy, ya tiene su apodo para Tiempo de Juego: “El ungido”.