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Los profesionales del Centro Solidaridad Interdiocesano alertan de que la festividad navideña unida al alcohol es una situación de riesgo

Recuerdan que el alcoholismo es una enfermedad, no un vicio

Yolanda Sarsa

Huesca - Publicado el

2 min lectura

      
      
             
      

Los expertos y profesionales del Centro Solidaridad Interdiocesano de Huesca alertan de que la festividad navideña unida al alcohol es una situación de riesgo para las personas afectadas por la adicción a esta sustancia o con problemas de consumo abusivo.

Los psicólogos de este centro apuntan que las celebraciones de Navidad representan encuentros entre familiares y amistades y a menudo conlleva un consumo excesivo de alcohol, lo que para algunas personas es una situación de riesgo, tanto en el mantenimiento de su abstinencia como las conductas de riesgos. Por ello recuerdan que el alcoholismo es una enfermedad, no un vicio, y, que las personas que lo padecen necesitan apoyo y comprensión, no reproches ni presiones. En este sentido, el papel de familiares y amigos es fundamental para ayudar a estas personas a disfrutar de las fiestas de forma segura y saludable.

Lo más importante es respetar la decisión de la persona que no quiere beber alcohol, no hay que presionarla ni hacerla sentir mal por ello con frases como: "por un poco no pasa nada", "estamos de fiesta", “por una copa no pasa nada”. Esto puede generar culpa, vergüenza, minimizar la problemática y promover una recaída. Es necesario brindar a la persona opciones de bebidas no alcohólicas atractivas, como zumos, refrescos o smoothies y poder eliminar la presencia de alcohol en las reuniones.

La labor como agentes de ayuda ante esta problemática es fundamental. Es necesario comprender los sentimientos y las dificultades que atraviesa la persona que está luchando contra el alcoholismo, siendo primordial ofrecer apoyo emocional y moral a la persona. Hay que hacerle saber que no está sola, escuchar con atención y sin interrumpir mostrando comprensión y apoyo, sin olvidarnos de reconocer los logros y avances que la persona ha conseguido en su proceso de recuperación. Es necesario fomentar actividades que se disfruten sin alcohol.

Los expertos y profesionales del centro insisten en que el papel de la familia o los amigos es fundamental en la recuperación de la persona y que el apoyo, la comprensión y el amor pueden marcar una gran diferencia en su vida. Con respeto es posible crear un ambiente festivo y saludable para todas las personas.

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