El gobierno de Aragón propone que 52 órganos de Aragón sean declarados bien de interés cultural, 10 en Huesca
Agüero, Almudevar, Alquézar, Ayerbe, Jaca, Roda de Isábena y 4 en Huesca
Huesca - Publicado el - Actualizado
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El Boletín Oficial de Aragón publica hoy una resolución de la directora general de Patrimonio Cultural por la que se abre un periodo de información pública para la declaración como Bien de Interés Cultural de 52 órganos históricos aragoneses situados en las tres provincias de la Comunidad Autónoma: 10 en Huesca, 13 en Teruel y 29 en Zaragoza.
El procedimiento que se inicia mediante la presente resolución tiene como finalidad proteger singularmente una serie de órganos históricos aragoneses, como ejemplos señalados de este patrimonio cultural. La protección de estos 52 órganos, considerados los más relevantes de Aragón, como Bienes de Interés Cultural de carácter mueble es fundamental para garantizar su conocimiento, difusión y conservación como testimonio irremplazable del patrimonio cultural aragonés.
Dentro de este panorama general, Aragón destaca porque en su territorio se han conservado numerosas muestras excepcionales de órganos desde el siglo XV hasta el XX, con ejemplos representativos de todas las épocas y estilos tanto para las cajas como para los instrumentos, lo que constituye un legado cultural y patrimonial de primer orden
Historia
Conocido desde la Antigüedad clásica, el órgano, como instrumento musical, ha evolucionado y adoptado múltiples variantes hasta la actualidad. Como elemento ligado a la liturgia católica, se constata su presencia desde los inicios del cristianismo, pero es a partir del siglo XIV cuando se documentan los órganos parados (no portátiles).
En la segunda mitad del siglo XV se produce el asentamiento de los grandes órganos en los templos, primero en los de mayor rango y en los monasterios, para generalizarse en las iglesias a lo largo del siglo XVI y siendo indispensable para el culto durante el Barroco.
Es precisamente durante los siglos XVII y XVIII cuando se conforman las escuelas europeas de organería, creándose diferentes tipologías instrumentales según escuelas y países, entre las que destaca la alemana por el uso de un cuerpo de pedal, o la española por las trompetas en batalla.
En las primeras décadas del siglo XIX, Francia da un nuevo impulso a la construcción instrumental y propone un órgano romántico, que inmediatamente evoluciona en Inglaterra y Alemania, mientras que en el siglo XX es América del Norte la que asume el protagonismo.
Tras la Segunda Guerra Mundial se produce un doble movimiento en la evolución del órgano: por un lado, la producción del modelo denominado neoclásico y, por otro, la recuperación del patrimonio histórico organístico.
Tipológicamente, entre los órganos históricos conservados en Europa se puede establecer una primera diferenciación en función de si se pueden desplazar o no. Respecto a los primeros, son muchos los términos utilizados para designarlos (portátiles, realejos, portativos, procesionales, etc.), mientras que en cuanto a los segundos es apropiado hablar de órganos parados o asentados, con una estética que va evolucionando con las corrientes artísticas de cada época.
En la Europa católica los órganos han sido uno de los principales medios de atracción de fieles y han constituido un lenguaje diferencial para acercarla a los fieles. De este modo, constituyen un importante legado material formado por notables obras de arte, pero también un relevante legado inmaterial como elementos transmisores de cultura.
Dentro de este panorama general, Aragón destaca porque en su territorio se han conservado numerosas muestras excepcionales de órganos desde el siglo XV hasta el XX, con ejemplos representativos de todas las épocas y estilos tanto para las cajas (desde el Gótico hasta el Modernismo) como para los instrumentos (desde el órgano blockwerk hasta el sinfónico), lo que constituye un legado cultural y patrimonial de primer orden.
La conservación en Aragón de cuatro cajas góticas es un caso único en el mundo, reflejo de un momento histórico de gran desarrollo de la organería como parte de un proceso general de florecimiento de las artes a finales del siglo XV, que culminará en el Renacimiento. En este periodo Aragón se mantuvo a la cabeza a nivel nacional en este arte gracias al organero turiasonense Guillaume de Lupe, genio creador que cambió el devenir del órgano, modernizándolo y proyectándolo hacia un brillante futuro.
Durante el Barroco la presencia de órganos de la más alta calidad se generaliza por todo el territorio aragonés, documentándose maestros organeros en numerosas poblaciones de las tres provincias, ya que el órgano es una fuente artística y artesanal de primera magnitud en el orden económico y gremial aragonés de los siglos XVII y XVIII.
En el convulso siglo XIX, tras el Concordato Iglesia-Estado de 1851, Aragón vuelve a liderar la organería no solo nacional, sino también ultramarina, exportando desde Zaragoza órganos a numerosas iglesias de otros continentes, manteniéndose varios talleres activos hasta la Guerra Civil.
Conscientes de este valor, las instituciones aragonesas llevan décadas impulsando tanto la conservación y restauración de los órganos históricos aragoneses como su catalogación y estudio.
Listado de órganos propuestos para ser declarados Bien de Interés Cultural en la provincia de Huesca
1. Agüero, órgano de la iglesia parroquial del Salvador. Órgano de tubos, ibérico barroco. Caja de Miguel Ortiz (1797-1798, Agüero) y órgano de Tomás Sánchez (1798, Zaragoza). Es el mejor ejemplar conservado de la última etapa del taller del organero Bartolomé Sánchez (regentado en las últimas décadas del siglo XVIII por su hijo, Tomás Sánchez, y sus sobrinos, los hermanos Gregorio y Miguel Usarralde). Conserva original toda la composición de registros y un alto porcentaje de tubería.
2. Almudévar, órgano de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Órgano de tubos, ibérico barroco. Caja de Juan de Berroeta (1594, Huesca) y órgano de autor desconocido (1760 y siguientes). Es un órgano con una importante caja renacentista construida para la catedral de Huesca y trasladada en 1760 a la parroquial de Almudévar. Es un mueble referencial para la historia de la organería renacentista en Aragón.
3. Alquézar, órgano de la iglesia colegial de Santa María la Mayor. Órgano de tubos, ibérico barroco. Autor desconocido, segunda mitad del siglo XVIII. Destaca por su calidad sonora y por conservar un alto porcentaje de tubería de metal antigua.
4. Ayerbe, órgano de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol. Órgano de tubos, ibérico romántico de tradición. Obra de Pedro y Miguel Roqués (1859-1860, Zaragoza). Es un órgano de calidad y destacado en los inicios de la expansión de la organería romántica de tradición ibérica en Aragón. Obra del taller de los Roqués, se conserva prácticamente en estado original.
5. Huesca, órgano de la catedral de Jesús Nazareno. Órgano de tubos, ibérico romántico de tradición. Caja del escultor Benito Sola y el dorador Joseph Castejón (1760-1761, Huesca) y órgano de Pedro Roqués (1879-1881, Zaragoza). Reconstruido en 1982. Es uno de los principales órganos de la organería aragonesa romántica de tradición y uno de los de mayor grandaria, ya que tiene tres teclados. Es el último gran proyecto del maestro Pedro Roqués.
6. Huesca, órgano de la iglesia del colegio de San Vicente Mártir (La Compañía). Órgano de tubos, romántico-sinfónico al gusto español, obra de Cayetano Estadella (1929, Barcelona). Es el único órgano instalado y conservado en Aragón de Cayetano Estadella y uno de los pocos de su taller conservados en España. Además, es uno de los tres únicos instrumentos representantes de la organería sinfónica al gusto español en Aragón.
7. Huesca, órgano de la basílica de San Lorenzo.Órgano de tubos, ibérico romántico de tradición. Caja barroca (autor desconocido, finales del siglo XVII o principios del XVIII) y órgano de finales del siglo XIX (Zaragoza). Es el mejor ejemplo de caja barroca de órgano en Aragón por la calidad de su talla y uno de los escasos órganos románticos con tres teclados manuales.
8. Huesca, órgano de la iglesia parroquial de San Pedro el Viejo. Órgano de tubos, ibérico barroco. Caja y órgano de autor desconocido, comienzos del siglo XVIII, Escuela de Lerín (Navarra) o Éibar (Guipúzcoa). Excepcional, su factura corresponde a la mejor escuela de organería del pleno Barroco español. Su caja responde a una tipología de órgano con base de flautado de cuatro pies en fachada, representativo de la época y de la que se conservan muy escasos ejemplos en Aragón.
9. Jaca, órgano de la catedral de San Pedro Apóstol. Órgano de tubos, ibérico romántico de tradición. Caja barroca de Juan del Puey (1703, Jaca) y órgano de Hermenegildo Gómez (1857-1860, Tafalla, Navarra). Es el principal y de mayor grandaria de entre los conservados del organero Hermenegildo Gómez, representante de una corriente avanzada de la organería ibérica romántica. Su monumental caja barroca presenta una espléndida talla y el órgano supone un prototipo único de una organería moderna de la segunda mitad del siglo XIX.
10. Roda de Isábena, órgano de la parroquial (antigua catedral) de San Vicente Mártir. Órgano de tubos, ibérico barroco. Caja de Juan Busín (1653, taller local) y órgano de Tomás Sánchez (1785-1788, Zaragoza). Posee una caja singular del siglo XVII y conserva la totalidad del material sonoro de origen. Es representativo del organero Tomás Sánchez y de la mejor organería aragonesa del Barroco