Los agricultores altoaragoneses amenazan con movilizaciones si no se les permite el acceso a Monrepós con tractores

La autovía A-23 ha transformado la conexión entre Huesca y el Pirineo aragonés, pero no para todos ha supuesto un avance. Para los profesionales del sector agrario en comarcas como la Jacetania, el Alto Gállego o la Hoya de Huesca, la prohibición de circular con maquinaria agrícola por este trazado se ha convertido en un obstáculo diario, obligándoles a rodeos de más de 50 kilómetros por carreteras secundarias.

El cierre de la carretera A-132 por obras entre junio y septiembre en el puente del pantano de la Peña ha sido el detonante de una situación que el sector denuncia desde hace años. El agrarista Fran Aísa, considera urgente que el Ministerio de Transportes revise la calificación de la autovía para permitir el tránsito de tractores y maquinaria pesada. “No nos dejan trabajar”, subraya.

Actualmente, la única alternativa viable para desplazarse entre el valle de Tena y la Hoya de Huesca es la carretera A-132 a través del puerto de Santa Bárbara. Sin embargo, los agricultores denuncian que se trata de un trazado estrecho, sinuoso y con escasa seguridad para vehículos agrícolas de gran volumen. 

Aísa insiste en que el tránsito de tractores por el Monrepós no supondría un peligro para la seguridad vial. “Estamos hablando de vehículos que ya superan los 50 kilómetros por hora y de una autovía que cuenta con doble carril en todo su recorrido".