Agricultores de la Jacetania y Alto Gállego se unen para gritar "Basta ya"
Los profesionales del sector han convocado una protesta que tendrá lugar este martes, 6 de febrero, por las calles de Jaca
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Era obvio que las protestas de este fin de semana no se iba a quedar ahí. Los profesionales del sector de la Jacetania y del Alto Gállego han decidido unirse y saldrán de nuevo a las carreteras y también a las calles de Jaca, este martes, 6 de febrero. Diego Aso, agricultor en la Comarca de la Jacetania, ha explicado que "en vez de realizar una protesta por separado en las dos comarcas, hemos decidido que sea conjunta por lo que se prevé una asistencia importante". Y no solo por parte de los que se dedican al sector primario "porque creemos que la ciudadanía es consciente del problema que sufrimos todos y seguro que nos acompañan. La subida de precios de la cesta de la compra la notamos todos".
Para Diego Aso es importante dejar claro que los profesionales de la agricultura son, en definitiva, "familias que tienen la suerte de heredar el modo de vida de nuestros padres y lo que queremos es vivir de nuestro trabajo. La mayoría somos pequeños agricultores". Por otro lado, siente que hay "un cúmulo de emociones" porque se nota que hay mucha unión entre todos.
El sector primario ha sido un sector, siempre, complicado, no solo por la carga de trabajo sino porque también están a expensas de la climatología "y lo que nos está afectando mucho es el tema de los precios. Vendemos productos por debajo del coste de producción y así, es imporible que sea rentable".
La jornada de protesta prevista para mañana comenzará a las 11.00 con una concentración en el entorno del cementerio y, después, entrarán en Jaca. Los agricultores han preparado un manifiesto que leerán durante el acto de protesta.
MANIFIESTO AGRICULTORES Y GANADEROS DE JACETANIA Y ALTO GÁLLEGO
El sector de la agricultura y la ganadería nunca ha sido un sector fácil: largas jornadas de trabajo, grandes inversiones, siempre lidiando con las inclemencias del tiempo, etc. Sin embargo, a pesar de las dificultades, en un momento de nuestras vidas decidimos dedicarnos a él continuando el legado de nuestras familias. Decidimos quedarnos en nuestros pueblos y hacer lo que habíamos mamado desde críos y más nos apasiona: criar ganado y cultivar la tierra. Aunque las condiciones de nuestra comarca no son las más amables en cuanto a orografía del terreno se refiere o el tamaño medio de las explotaciones —más pequeñas que en otros territorios— nos podemos enorgullecer de otros aspectos positivos como los fértiles secanos que producen cosechas de gran calidad en años de bajas precipitaciones o las jugosas praderas naturales que alimentan a nuestro ganado.
No debemos olvidar que el sector agrario ha modelado el paisaje que hoy conocemos, que tanto gusta al turista que nos visita, y que sigue cuidándolo y manteniéndolo cumpliendo una función social y ambiental. Lamentablemente, el turismo se ha situado como un sector estratégico en nuestra región dejando de lado al sector primario y, en definitiva, al mundo rural. Algunos dicen que “vivimos de la PAC” cuando, en el fondo, la ayuda que percibimos es tan solo una compensación a los bajos precios en origen que recibimos por nuestros productos, al alto coste de los insumos y una garantía para afrontar años de malas cosechas.
Además de que, en muchos casos, los que la cobran no somos precisamente los que cultivamos la tierra. Otros dicen que “contaminamos el medio ambiente” cuando lo que hacemos es emplear los recursos y tecnologías que tenemos a nuestra disposición de una forma racional y eficiente porque de ello dependen nuestras cosechas y nuestra economía. Nos critican por usar maquinaria que cuesta miles de euros pero no dejan de ser nuestras herramientas de trabajo, necesarias para el manejo de las explotaciones; maquinaria que supone un gran esfuerzo económico a veces difícil de rentabilizar. Desde la administración nos tratan casi como a “delincuentes”. Nos acribillan a inspecciones, notificaciones, nos ponen trabas a proyectos, nos dicen qué debemos hacer y qué no creando un clima de desconfianza siendo que, por norma general, nadie mejor que el propio agricultor o ganadero sabe lo que es mejor para su explotación gracias a su experiencia del día a día y a que la rentabilidad de su empresa depende de su buen hacer.
Por ello, nos hemos echado a la calle para manifestar nuestro malestar y desde aquí revindicamos:
- Una PAC justa y flexible con un pago digno y a tiempo que nos permita vivir de nuestro trabajo.
- Unos eco-regímenes y medidas que tengan en cuenta la realidad de nuestra zona.
- Una comunicación fluida con la administración que facilite nuestra labor y no se convierta en un lastre.
- Un precio justo en origen por nuestros productos y una regularización de los precios de los insumos.
- Permitir y priorizar el aprovechamiento de recursos como el agua que nace en nuestras tierras y tan solo nos permiten verla correr. Porque no somos radicales ni nos abandera ningún partido político ni sindicato. Solo somos agricultores y ganaderos que no queremos que el mundo rural se muera y deseamos que nuestra pasión siga siendo nuestro oficio