El Grupo Militar de Alta Montaña cumple sus objetivos en la Patagonia chilena
Han ascendido el cerro San Lorenzo y probado materiales y procedimientos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Grupo Militar de Alta Montaña (GMAM) se propuso realizar su actividad principal de 2023 en el entorno del frío extremo del Campo de Hielo Sur de la Patagonia de Chile. Para ello y una vez establecidos los primeros contactos con el Ejército chileno, el director de la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales (EMMOE) de Jaca, y Jefe del Grupo Militar de Alta Montaña (GMAM), Mariano Alonso, estableció los siguientes objetivos:
• Alcanzar una cumbre prestigiosa en la Patagonia. Posteriormente se acordó con el Ejecito chileno que fuera el volcán Lautaro (3.623 metros) y que por su situación en mitad del Campo de Hielo Sur, es una cima de difícil acceso y con condiciones meteorológicas muy adversas.
• Mantener y estrechar los lazos de amistad e intercambio de conocimientos con las “unidades gemelas” de montaña y operaciones especiales del Ejército chileno, que están acostumbradas a trabajar en ese ambiente de frio extremo.
• Experimentar y actualizar las técnicas y materiales de vida y movimiento en zonas de frio extremo, tanto llanas como montañosas, para su posterior aplicación en el ámbito militar.
• Iniciar un proyecto de investigación sobre el empleo de la Inteligencia Artificial (IA) en la toma de decisiones en situaciones de estrés en montaña y clima frío extremo.
• Mantener y aumentar el prestigio de las capacidades las Fuerzas Armadas españolas, al explorar y reconocer zonas montañosas y de difícil acceso con climas extremos.
El coronel Alonso nombró al coronel en la reserva, Alberto Ayora, como jefe de expediciones tanto para el año 2023 como para el 2024. Ayora programó el proyecto de 2023 eligiendo a su equipo de expertos y las actividades a realizar para la preparación de la expedición principal, que se llevaron a cabo en los llanos nevados de la Laponia finlandesa, en abril, y la costa norte de Noruega, en octubre.
Uno de los intereses de la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales (EMMOE) y el reto del Grupo Militar de Alta Montaña (GMAM) era experimentar y elegir los materiales necesarios para arrastrar trineos en terreno nevado, ligeramente llano y con condiciones meteorológicas adversas; experimentar canoas anfibias tipo “packcraft” y probar los últimos avances en ropa de frío.
Paralelamente se quería definir un proyecto de investigación basado en la utilización de la inteligencia artificial como ayuda en la toma de decisiones en situaciones extremas, donde el apoyo exterior es muy improbable. Esta tarea fue asignada al teniente coronel médico y miembro experimentado del GMAM, Jorge Palop, destinado actualmente en el Hospital Militar de Zaragoza; y al capitán psicólogo Oscar Restrepo, de la EMMOE. Se han recogido datos biomédicos y psicológicos (saturación de oxígeno, frecuencia cardiaca y respiratoria, hidratación 24h, horas de sueño, sensación de agotamiento, estado de ánimo, irritabilidad, etc.) tanto en situaciones concretas medioambientales prolongadas en campamentos base así como durante travesías y ascensiones psicofísicamente más exigentes.
Además de todo ello y como parte fundamental del proyecto, se decidió contratar a una productora de documentales especializada que pudiese vivir el reto con el GMAM y posteriormente compartirlo con la sociedad española. La amistad y el trabajo compartido desde hace más de 20 años, hizo que el GMAM llamase a la puerta de Sebastián Álvaro para que, como dice en la página web de la productora Salomba Ventures, diese “…la profundidad del mensaje que este tipo de producto requiere, manteniendo un cuidado equilibrio entre la belleza y espectacularidad de la fotografía y el peso del argumento y la emotividad de cada una de las historias que contamos”.
Finalmente, el equipo expedicionario quedó formado por el coronel Ayora, el sargento primero José G. Español (EMMOE), el cabo primero Francisco Borja Álvarez y el cabo Miguel Plans (Unidad de Servicios de Base Oroel, de Jaca), el cabo Jesús M. Gómez (Guardia Real) y el cámara civil Luis Miguel López, de la empresa Salomba Ventures, quienes salieron rumbo al Campo de Hielo Sur el pasado 29 de octubre. Una vez en Chile, se pusieron en manos de la hospitalidad y los apoyos que el Ejército chileno había preparado para la expedición y se unieron a los nueve militares chilenos con los que se iba a formar el grupo combinado.
El doctor en geografía, Javier del Valle, profesor del Centro Universitario de la Defensa de la Academia General Militar de Zaragoza, proporcionaba altruistamente una predicción meteorológica muy concreta y fiable que era trasmitida vía satélite cada tarde.
Tras una semana de preparativos y cohesión, un helicóptero militar les dejó en el plató del Campo de Hielo Sur, donde permanecieron doce días reconociendo el entorno y esperando una ventana de buen tiempo para poder acercarse al volcán Lautaro, ascenderlo y regresar por diferente ruta. Con vientos de más de 100k/h y nevadas casi ininterrumpidas, esa ventana nunca llegó y, con flexibilidad militar, se acordó la extracción del grupo para buscar una alternativa que permitiese continuar con el proyecto, cumpliendo los objetivos asociados a la cima inicial.
Tras un rápido planeamiento de la nueva situación, se decidió mirar a otra montaña menos azotada por las condiciones meteorológicas extremas, pero que mantuviese el nivel de exigencia técnica y la consecución de su cima tuviese un prestigio similar. El elegido fue el cerro San Lorenzo (3.706 metros). Para ello fue necesario aumentar la duración de la expedición en una semana y el apoyo adicional de un helicóptero militar.
Tras una exigente ascensión de 17 horas, en la que el grupo combinado hispano-chileno lograba superar los 2.100 metros que le separaban del campo base, la tarde del 24 de noviembre llegaban a la cima del cerro San Lorenzo de 3.706 metros de altitud y bajaban al campo base sin novedad. Cumplían así con todos los objetivos genéricos del proyecto de GMAM para el 2023. Los seis expedicionarios españoles regresaron a nuestro país el 6 de diciembre.