El Pirineo Aragonés confía en la nieve artificial para asegurar el inicio de la temporada de esquí en el Puente de la Constitución

La activación de cañones de última generación para la fabricación de nieve artificial, anunciada ayer por el presidente de Aragón, Jorge Azcón, ha generado un clima de esperanza en las comarcas pirenaicas ante el inicio de la temporada de esquí. Los nuevos sistemas de innivación se estrenarán en el Valle de Tena, concretamente en las estaciones del grupo Aramón, que incluyen Formigal-Panticosa, Cerler y Javalambre, permitiendo no solo garantizar la apertura de las estaciones, sino también ampliar el dominio esquiable.

Impacto en el turismo y la economía local

Asegurar la apertura para el Puente de la Constitución supondría un impulso vital para el sector turístico, que depende en gran medida de la temporada de esquí. Jesús Pellejero, presidente de la Asociación Turística del Valle de Tena, ha explicado en COPE que, aunque en el centro de la temporada suele haber más precipitaciones, la apertura temprana es clave: "Abrir para el puente asegura también las Navidades y la semana de Reyes, que son de los periodos de mayor impacto económico. Si no se abre, el cliente busca otras alternativas de vacaciones". Pellejero también ha destacado que la certeza de abrir en el puente permite planificar mejor las compras, la contratación de personal y las reservas en alojamientos, sin el temor de que las estaciones permanezcan cerradas.

El Valle del Aragón y la modernización de Candanchú

En el caso del Valle del Aragón, el dominio Astún-Candanchú no estrenará los nuevos cañones de innivación esta temporada, sino en la 2025-2026. Luis Terrén, presidente de la Asociación Turística del Valle del Aragón, ha señalado que "Astún cuenta con un sistema de innivación bastante modernizado, pero Candanchú necesita renovar todos sus sistemas". Añadió que esta apuesta por la nieve artificial "garantiza unos mínimos y permite que el engranaje empiece a funcionar".

El anuncio de estos avances tecnológicos llega en un momento clave para las estaciones pirenaicas, que buscan adaptarse a los desafíos del cambio climático y asegurar la continuidad de una industria fundamental para las economías locales.