Teruel, única capital de provincia de España sin conexión directa por carretera con Madrid

La falta de comunicaciones se convierte en uno de los principales motivos de la despoblación en el territorio turolense

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Teruel, Monreal del Campo, Molina de Aragón, Alcolea del Pinar, Guadalajara y, finalmente, Madrid. Ese es el recorrido, en coche, que debe hacer un turolense para llegar a la capital de España. En torno a tres horas y media de viaje, de las que aproximadamente un tercio transcurren por carretera nacional. Una línea prácticamente recta hacia el oeste sobre el mapa que se convierte en una parábola a la hora de pisar asfalto. Más de 300 kilómetros y todo porque Teruel es la única capital de provincia de España que no tiene conexión directa con Madrid.

En el último siglo la provincia de Teruel ha perdido aproximadamente el 50 por ciento de su población y el descenso sigue. Cada año son menos las personas que continúan desarrollando su vida en la provincia. La capital, la más pequeña en cuanto a población de España, se mantiene. Las cabeceras de comarca, municipios grandes -para la provincia- como Alcañiz o Calamocha, resisten a duras penas. El resto del territorio, un pozo sin fondo de despoblación. Un tercio de los municipios de la provincia turolense tienen menos de dos habitantes por kilómetro cuadrado y en 22 pueblos no hay ningún menor de 18 años, lo que hace muy poco probable que se pueda revertir esta situación. 

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Son muchos los motivos por los que se está produciendo esta sangría poblacional. Traslado de la población a las grandes ciudades, falta de oportunidades para los jóvenes, malas telecomunicaciones... Y, sin duda, la mala conexión por carretera de la provincia de Teruel es uno de ellos. El problema no es solo la falta de conexión directa con Madrid. Según explica Manuel Gimeno, fundador de Teruel Existe, son varias las vías de alta capacidad que fueron prometidas para la provincia y nunca llegaron: "La A-23 está parada en Huesca sin acabar; la A-68 tenía que unir Miranda de Ebro con Vinaroz y lleva 16 años parada, sin construir ni un solo kilómetro; la A-25 que tenía que unir Alcolea del Pinar con Monreal del Campo tiene los estudios de impacto medioambiental caducado y la A-40 que debería unir Toledo con Cuenca y Teruel para continuar hasta Tarragona también ha sido paralizada. Esto supone que la provincia esté completamente aislada del sur y el oeste de la península", señala Gimeno.

"Hay quien dice que las vías de alta capacidad sirven para irse más rápido -continúa Gimeno- pero yo no conozco nadie que si no tiene una autovía no la pida o si la tiene pida que se la quiten, y quien piense eso está muy alejado de la realidad" añade. "Hoy día cuando la distancia se mide en tiempo y no en kilómetros estamos en una desventaja tremenda, no solo en carreteras, sino en ferrocarril y comunicaciones. Si no puedes competir estás en inferioridad de condiciones totales de que haya empleo. El empleo lo generan las empresas y si no hay una red mayada de vías de alta capacidad, no tienes una línea de ferrocarril adecuada ni unas telecomunicaciones rápidas y de fácil acceso no hay infraestructuras, si no hay infraestructuras no vienen empresas y entonces no hay empleo. ¿Cuál es la consecuencia? La despoblación". "Estamos en una situación tercermundista en este sentido", asevera.

EL GERMEN DE 'TERUEL EXISTE'

Teruel Existe es una plataforma ciudadana que lleva luchando una veintena de años para paliar este y otros problemas que están provocando la despoblación en Teruel. Pero no son los primeros. Hace 40 años se produjo en un pueblo del Maestrazgo, en Miravete de la Sierra, una concentración contra la despoblación y las reclamaciones que allí se pusieron sobre la mesa son las mismas que aún, casi medio siglo después, sigue defendiendo esta plataforma de electores que ahora han saltado a la política nacional, consiguiendo un diputado en el Congreso y dos senadores en la Cámara Alta. Una de ellas es Beatriz Martín, que ha vivido en primera persona las dificultades de transporte y de telecomunicaciones de la provincia de Teruel.

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Martín ha sido madre recientemente y ella vive habitualmente entre la capital turolense y Bueña, un pequeño municipio de la comarca del Jiloca. Para poder dar a luz en su municipio tendría que haber cogido un coche para acudir a un hospital "que está a 60 kilómetros" porque en su municipio no hay servicio médico, "solo viene una vez por semana". La senadora recuerda cómo su primo "casi nació por el camino porque se les estropeó el coche y llegaron por poco. En Bueña -su municipio- creo que la última persona que nació fue mi prima en 1979 y porque fue un parto rápido y dijeron que ya no la llevaban al hospital. Además era febrero y te pilla una nevada por el camino y pone todo más complicado para el parto".

Ahora está disfrutando de su baja por maternidad y ha denunciado que el Senado le ha entregado un teléfono móvil que no puede utilizar en Bueña porque no hay cobertura: "Siempre hemos ido un paso por detrás de cualquier ciudad, cuando todo el mundo tenía todos los canales de televisión nosotros solo veíamos la uno y la dos. A nivel de comunicación hasta hace 20 años no había ninguna cobertura, te metías al pueblo y no había ningún tipo de conexión móvil, tenías que subir al castillo o salir del pueblo". "Trabajo entre Teruel capital y Bueña porque si una votación me pilla en el pueblo no puedo usar el televoto", resume.

COBERTURA 3G SUBIDO A UN MURO DE PIEDRA

Precisamente este mismo problema lo señala Gimeno. Médico de profesión, desarrolló gran parte de su vida laboral en el medio rural. Uno de los pueblos a los que atendía es Miravete de la Sierra donde sus tres habitantes solamente pueden tener cobertura 3G subíendose a un muro de piedra: "Un pueblo precioso que tiene cultura, arte, historia e incluso un microclima que permite el cultivo de frutales tiene viviendo durante el año tres personas. Es triste ver cómo una persona mayor se sube a un muro de piedra para conseguir cobertura de una determinada compañía. Es un pueblo que se va a morir", lamenta.

Esa misma petición hace Martín: "Necesitamos visibilidad, que se nos escuche. Esta es la última oportunidad para Teruel porque como esto siga así no va a quedar nadie, no va a haber gente en los pueblos, la mayoría de los pueblos se están muriendo". Estamos hablando de que una provincia siga existiendo", concluye.