El manual de los antisistema: así se preparan para atacar a la Policía

Ya hace una semana que los distrubios comenzaron en Cataluña y se han ido extendiendo por otras ciudades españolas. Lo que comenzó como un movimiento de apoyo a Pablo Hasél se ha convertido en la excusa de los antisistema y los manifestantes más violentos para atacar a la Policía y causar daños tanto en mobiliario público como en propiedades privadas.

En algunas ciudades, como Zaragoza, las manifestaciones han sido puntuales y pacíficas. En otras, como Barcelona, sus vecinos viven con constante temor de los altercados que cada noche causan daños en calles, coches y comercios. Los manifestantes antisistema no actúan al azar, están perfectamente organizados y siguen un manual de instrucciones de cómo hacer daño en las calles y atacar a la Policía. Es lo que ellos denominan el "Black Bloc". Este manual se compone de más de 70 páginas y según indican en su portada, va por su segunda edición "completada y mejorada" a pesar de estar repleta de faltas de ortografía desde la primera página.

El manual comienza informando a los antisistema de cómo se organizan los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad en sus diferentes unidades y equipos antidisturbios. Con fotografías y flechas señalan los distintos elementos de protección que llevan los agentes para protegerse frente a los manifestantes violentos. También utilizan imágenes para enseñar cómo son las distintas formaciones de protección de los agentes.

FORMACIÓN PARA LOS MANIFESTANTES VIOLENTOS

Tras más de 30 páginas, comienza lo que los antisistema consideran su formación a la hora de manifestarse violentamente. En el apartado 6 titulado "Antes de empezar" se dan consejos como que "siempre es recomendable varias camisetas de diferente color, pañuelos e incluso una misma bufanda mojada con vinagre o Coca - Cola para evitar el ardor que provoca el gas lacrimógeno". Muestran imágenes de cómo cubrirse la cabeza con pasamontañas o bufanda asegurando que "la capucha nos iguala en la lucha".

También se dan consejos que dejan muy clara la intención delictiva de estos grupos. Aseguran en su manual que hay que "llevar apuntado en nuestros brazos los números de abogados y familiares que queramos sean comunicado de nuestro posible arresto" o que "si as optado por llevar el teléfono móvil para estar mas comunicado con tus compañeros, ten en cuenta que hay en este que te pueda comprometer a ti y a tus companerxs: fotos, manuales...". Como se puede apreciar las faltas de ortografía se repiten durante todo el manual.

ORGANIZADOS POR GRUPOS Y FUNCIONES

Los antisistema están perfectamente organizados gracias a estas instrucciones. "Al igual que estxs se organizan en pequeños grupos debemos de actuar en grupos como si estuviéramos marcando a un delantero de fútbol siendo 3 o 4 por cada policía", afirma el manual. Su sistema de organización se basa en grupos de "afinidad" distribuidos por cada 5 o 6 personas. Además, se distribuyen las funciones. Unos proporcionan "abastecimientos de materiales" con "martillos levantando adoquines, recogiendo piedras de obras cercanas o reventando tabiques de cierres de locales". Otros tienen la función de lanzar "petardos, pintura, gasolina...". También hay grupo que son denominados "facilitadores solidarixs" y que se encargan de eliminar obstáculos que el resto de manifestantes violentos pudieran encontrar en su camino.

Además, este manual también prepara a los violentos para fabricar sus propias armas de ataque a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad. En estas instrucciones se puede encontrar como cuáles son sus objetivos favoritos para lanzar a la Policía con consejos como "buscad un contenedor de escombros" o "es muy efectivo volcar los contenedores de botellas, uno de ellos proporciona munición a decenas de manifestantes durante aproximadamente un cuarto de hora". También se les indica como fabrica un cóctel Molotov.

Sus ataques no se centran solo en los antidisturbios, también arrementen contra vehículos de propiedad privada o locales comerciales. Afirma que la quema de vehículos es útil para "retrasar aún más el avance de la policía" y consideran que estas acciones "en casos en que la integridad física de los activistas esté en sumo peligro, sí lo vemos legitimado".

En cuanto a comercios señalan que hay que "atacar las estructuras capitalistas". El manual afirma que "en ocasiones en que la represión policial es especialmente dura, conviene cambiar la táctica del enfrentamiento: en vez de atacar a las unidades policiales, atacamos las estructuras capitalistas más destacadas, como por ejemplo sucursales bancarias o comercios pertenecientes a grandes empresas; Telefónica, McDonalds, ETTs...".

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