Otro desastre en La Romareda ante el Burgos (0-1): Ramírez, vete ya... ¡por favor!

Miguel Ángel Ramírez y su desnortado equipo ensuciaron, emborronaron, deslucieron y, en definitiva, amargaron este domingo el homenaje a Cristian Álvarez con otro partido lamentable en La Romareda, al perder (0-1) ante un discretito Burgos, que hacía cinco meses que no ganaba fuera de su casa. Aunque tardaron en creérselo, los de Luis Miguel Ramis, en cuanto fueron de verdad a por el partido, en los últimos minutos, se lo llevaron. Un golazo por la escuadra de Íñigo Córdoba desde fuera del área certificaba otra tragedia zaragocista.

La rigurosa expulsión de Dani Gómez en el minuto 55, fruto, en cualquier caso, de una temeraria e innecesaria entrada a Florian Miguel, no puede servir de excusa para justificar lo que volvió a ser otro incalificable partido, de encefalograma plano, de los zaragocistas en su estadio, donde ya han cosechado, con ésta, seis derrotas esta temporada.

Cuando los de Ramírez estaban con once tampoco habían dado muestras de peligro en la portería contraria. Ni fluidez, ni luces, ni ideas, ni más remates que a balón parado. Por más que en esta ocasión, por primera vez desde que el arrogante y presuntuoso técnico canario dirige al Real Zaragoza plantease de inicio una alineación con cuatro defensas, el rendimiento individual de los jugadores, lastimoso en la mayoría de los casos, es inaceptable jueguen con el dibujo que jueguen.

Lastrados y confundidos por los métodos de un entrenador con el que todos están rindiendo peor que antes de que él llegara, difícilmente pueden hacer las cosas bien si además el técnico plantea cosas en las que no cree. Ni en la defensa de cuatro, ni en el centro de campo con rombo, como sucedió este domingo ante el Burgos.

Ni siquiera parece muy creíble que tenga fe en jugadores que ayer fueron titulares, como Femenías en la portería (un portero ya fuera de catálogo, que jugó esta vez sin duda por el castigo a Poussin tras lo de Albacete). O como Aketxe (casi inédito otra vez si no es para tirar faltas). O como Adu Ares o Alberto Marí, de quienes señalar que fueron meras figuras decorativas sería incluso mucho decir. De Dani Gómez tampoco se puede apuntar mucho más que el hecho de que dejó a su equipo con uno menos, con mayor o menor rigurosidad, pero tras una acción a destiempo.

Así las cosas, con una defensa formada por jugadores que en este caso sí vienen jugando todo el año (pero que volvieron a mostrar las sombras de siempre), sólo nos quedarían para salvar de la quema a Francho Serrano y Kervin Arriaga, pero en ambos casos más por su esfuerzo físico que por la lucidez mostrada.

El caso es que esta es la sexta derrota en casa en lo que llevamos de temporada, algo inaudito. En La Romareda, donde está el auténtico talón de Aquiles de este equipo, se han jugado 13 partidos, de los que sólo se han ganado cuatro y se han empatado tres. Es decir, 15 puntos de 39 posibles. Y el arrogante y presuntuoso técnico, que sólo ha ganado un partido de seis, tiene el paupérrimo balance de 5 puntos de 18 disputados. Y el equipo ya es el 16º.

Tras la victoria del Eldense, el descenso queda ya tan sólo a seis puntos. Por tanto, aunque el ínclito e insoportable Ramírez no quiera mirar la tabla (sólo mira la Tablet), ni quiera saber los puntos que le separan del abismo, ni hacer cuentas (tan arrogante él), lo cierto es que entre el Real Zaragoza y el descenso ya sólo hay dos equipos. Uno es el Éibar -que acaba de cesar a su entrenador- y el otro es el propio Burgos, que ya está a sólo un punto y, además del golaverage ganado a los aragoneses, tiene un partido pendiente (el aplazado en Ferrol, que se jugará el 5 de marzo). Y dentro de tres jornadas viene el Eldense…

Para echarse a temblar, sobre todo por estar en las manos en las que está el conjunto zaragocista, las de un entrenador lamentable y lenguaraz, que lo ha empeorado todo y cuyo equipo está claramente en caída libre. Da la sensación de que cuanto más tiempo permanezca Miguel Ángel Ramírez en el banquillo más cerca estará el descenso a Primera RFEF. Y, junto a él, pese a los alucinantes rumores de renovación, también debería hacer las maletas Juan Carlos Cordero, responsable importante del actual desaguisado. Por lo que ha traído y por lo que ha dejado de traer.

Cristian Álvarez no se merecía esto. Nunca un homenaje tan merecido resultó tan desangelado y triste por la inoportunidad del momento elegido. La situación del equipo lo hacía temer. Pero, pese a todo, en medio de la frustración generalizada, la comunión entre el ídolo y la afición, que incluso cantó con él… Para la posteridad, sus palabras siempre sabias: “Gracias por quedarse esta noche y no haberse ido. No ha sido como lo habíamos soñado, pero bueno… Quiero decirles que esto nunca se trató del éxito o del fracaso sino de defender con dignidad y amor a este club durante estos años. Vosotros no os hacéis ni idea de la fuerza que tenéis cuando estáis unidos. El zaragocismo está por encima de todo, más allá de 12 años en Segunda. Me encantaría que disfrutéis y estoy seguro que será así. Gracias, os echaré muchísimo de menos”.

Real Zaragoza 0: Femenías; Calero, Lluís López, Vital, Tasende; Arriaga, Francho (Pau Sans, m.86), Aketxe (Keidi Bare, m.59), Adu Ares (Liso, m.59); Marí (Bazdar, m.59) y Dani Gómez.

Burgos 1: Cantero; Arroyo, Aitor Córdoba, Grego Sierra, Florian Miguel (Iñigo Córdoba, m.68); Atienza, Quintanilla (Marcelo Expósito, m.59); Alex Sancris, Curro Torres (Borja Sánchez, m.83), Dani Ojeda (Elady, m.59); y Espiau.

Gol: 0-1. M.84. Iñigo Córdoba.

Árbitro: Sánchez Villalobos (Comité de Andalucía). Expulsó, con roja directa a Dani Gómez (m.55), del Real Zaragoza. Amonestó a Francho y Pau Sans, del equipo local, y a Alex Sancris, Florian Miguel y Elady, del visitante.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 27 disputado en el estadio La Romareda ante 20.507 espectadores. Se rindió un homenaje al guardameta argentino Cristian Alvarez, que recientemente anunció su retirada del fútbol profesional tras haber disputado 236 encuentros con la camiseta del conjunto aragonés. Al ya excancerbero, que va a pasar a desempeñar el cargo de director de Relaciones Institucionales del club aragonés, le fue impuesta la insignia de oro del Zaragoza y realizó el saque de honor.