El meta francés Poussin se aferra al "Zaragoza nunca se rinde" y rescata un punto en el minuto 92 con un gol de cabeza (2-2)

Imbuido por el espíritu de Cristian Álvarez, el portero galo, a la heroica, logró el empate y se redimió de su error en el primer gol del Éibar, que había marcado dos tantos en la primera parte. Jair, que volvió a anotar, inició la reacción local acortando distancias en el minuto 72 

El portero francés Poussin, gran protagonista del encuentro, celebra su gol, que suponía el empate en el minuto 92

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El portero francés Poussin, gran protagonista del encuentro, celebra su gol, que suponía el empate en el minuto 92

Jesús Zamora

Zaragoza - Publicado el

6 min lectura

El fútbol, y más en la Segunda división española, tiene estas cosas. El meta galo Gaetan Poussin, que apelaba durante la semana previa al espíritu guerrero del equipo y de la ciudad con el lema “Zaragoza nunca se rinde” (¿sabrá, siendo francés, de dónde viene la frase?) acabó elevando la frase a su máxima expresión, porque con un fenomenal remate de cabeza suyo en el minuto 92 del partido de este sábado ante el Éibar en la Romareda lograba rescatar un punto en una reacción a la heróica de los locales, que perdían cero a dos ya desde la primera parte.

Si la semana pasada fue Jair el que se redimió del fallo que había cometido en la jornada anterior en Santander marcando el gol de la victoria contra el Mirandés, y esta vez ante el Éibar volvió a anotar un gran gol que suponía acortar distancias y meter a su equipo en un partido que tenía claramente perdido, la verdadera redención de este sábado llegaba de la mano de Poussin. O más bien de su cabeza. Era el minuto 92 y, con el 1-2 en el marcador, el zaragocismo se agarraba a la épica para salvar un punto como mal menor.

Y Poussin, que había regalado el primero de los dos goles del conjunto armero, subió a rematar un córner que lanzó Toni Moya con la misma precisión que Tasende seis días antes e, imbuido por el espíritu de Cristian Álvarez, conectó un espectacular cabezazo que batía sin remisión a Magunagoitia y permitía a su equipo lograr un empate con el que ni soñaba en el descanso.

El punto, en este caso de oro dadas las circunstancias, desató la euforia de la abarrotada grada de la Romareda, casi tanto como el gol de Jair que daba la victoria una semana antes. Y, además, curiosamente, Poussin le marcaba este gol al portero que la semana anterior había marcado de cabeza para el Éibar el empate a uno en la última jugada del partido en Oviedo.

Aunque el objetivo del zaragocismo hubiera sido sumar los seis puntos posibles de estos dos partidos seguidos en casa, también es cierto que más de uno hubiera firmado previamente conseguir cuatro puntos en los dos encuentros, como así ha sido al final. Sabe mejor el punto ante el Éibar teniendo en cuenta que el conjunto vasco se había puesto por delante con dos goles prácticamente seguidos de Jon Bautista en apenas tres minutos (del 29 al 32 de la primera parte).

Sin embargo, este empate podría suponer que el Real Zaragoza entrase en descenso esta jornada en función de lo que sea capaz de hacer este domingo el Eldense contra el Sporting de Gijón. Si el equipo alicantino es capaz ganar al conjunto asturiano, otro de los equipos que luchan por evitar entrar en la zona roja, el Real Zaragoza caerá al descenso.

Los dos goles de Bautista, el primero por gentileza de Poussin, pusieron el partido muy de cara para un Éibar que supo manejarse bien el resto del encuentro hasta un tramo final en el que, con todo perdido, el equipo zaragocista arriesgó y le salió parcialmente bien porque, aunque no pudo ganar, arañó un punto ante un rival que encadena ocho jornadas consecutivas sin conocer la derrota.

El conjunto aragonés, que pareció resurgir la pasada semana con el sufrido triunfo ante el Mirandés, no pudo repetir victoria en el segundo encuentro consecutivo en La Romareda y se tuvo que conformar con un empate casi a última hora ante un oponente que supo controlar el juego durante la mayor parte del encuentro pero que acabó sufriendo el empuje final de su oponente.

El Real Zaragoza dispuso de hasta tres buenas ocasiones para marcar en los primeros veinte minutos pero la defensa eibarresa, muy atenta, cortó el disparo en los dos remates de Adu Ares, y el hondureño Kervin Arriaga, en buena posición, remató de cabeza alto en un saque de esquina.

En esos minutos, el Éibar tenía problemas para sacar el balón jugado desde atrás y apenas era capaz de acercarse al área zaragocista.

Sin embargo, poco a poco, también con una presión alta, impedía que los propietarios del terreno se volvieran a acercar a su área.

El juego transcurrió a partir de ahí en la zona central, pero con muchos problemas para combinar y sin acercamientos a las áreas hasta que, en el minuto 29, una subida por banda del lateral izquierdo del equipo de Beñat San José, Cristian Gutiérrez, acabó en un centro a media altura que despejó mal el portero zaragocista y que le fue a parar a Jon Bautista que no desperdició la ocasión para adelantar a los suyos.

Con el equipo local todavía acusando el 0-1 se volvió a repetir una acción similar tres minutos después con los mismos protagonistas, subida por la banda de Cristian y centro que remató esta vez directamente Bautista para marcar el segundo.

Los tres cambios introducidos al descanso por el técnico zaragocista, que dio entrada a Tasende, Liso y Pau Sans, no supusieron en un principio la reacción esperada y el Éibar no pasaba por agobios defensivos porque estaba bien asentado en el terreno de juego e impidió que los locales llegasen con peligro a su área. Al equipo de Gabi le sobraban ganas y entrega pero le faltaba claridadde ideas y, desde luego, calidad.

Solo en el minuto 68 tuvo una opción por medio de Mario Soberón, que se entretuvo tras un gran pase de Samed Bazdar, lo que propició que la defensa se interpusiera en su disparo salvando la situación.

Esta acción animó a los zaragocistas que, cuatro minutos después, en el 72, acortaron distancias en el marcador gracias a un gran centro raso de Francho Serrano desde la derecha que remató con el pie a las mallas el central Jair Amador, que se había incorporado al ataque.

Los propietarios del terreno seguían poniendo corazón en busca del empate, pero a veces sus propias ganas les perjudicaban por la precipitación de querer hacer las cosas demasiado rápidas. El tiempo quemaba para el Real Zaragoza y la solidez del Eibar le ponía complicado acercarse a su área.

Sin embargo, llegó el córner salvador en el minuto 92, cuando agonizaba el encuentro. Poussin cabeceó a las mallas el centro de Toni Moya desde la esquina, rescató un punto y se sacó la espina del primer gol del Éibar.

Real Zaragoza 2: Poussin; Francho, Vital, Jair, Clemente (Tasende, m.46); Aketxe (Pau Sans, m.46), Raúl Guti, Arriaga (Toni Moya, m.65), Adu Ares (Liso, m.46); Bazdar y Soberón (Dani Gómez, m.79).

Éibar 2: Magunagoitia; Cubero, Comas (Arambarri, m.65), Arbilla, Cristian; Alkain (Arrillaga, m.73), Sergio Alvarez, Nolaskoain, Matheus (Javi Martínez, m.73); Antonio Puertas (Chema Rodríguez, m.82) y Bautista (Jorge Pascual, m.82).

Goles: 0-1. M.30. Bautista; 0-2. M.33. Bautista; 1-2. M.72. Jair; 2-2. M.92. Poussin.

Arbitro: Guzmán Mansilla (Comité de Andalucía). Amonestó con tarjeta amarilla a Arriaga y Tasende, por los locales, y a Arbilla por los visitantes.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 35 de Liga de Segunda división disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante 21.181 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Leo Beenhakker, que fue entrenador del Real Zaragoza entre 1981 y 1984.

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