Poussin vuelve al lugar del crimen un año después, resurgido como el ave Fénix y siendo uno de los mejores del Real Zaragoza en este momento

El fútbol tiene muchas caras y muchos afirman que, casi siempre, son estados de ánimo. En muchas ocasiones, el que tiene un fallo puede entrar en barrena. Y el que cuaja una buena actuación, es posible que la repita con regularidad. 

Y es que lo mental hace mucho. Que se lo digan si no a Gaetan Poussin. El curso pasado, un grave error le marcó para siempre. Fue en El Molinón, con el partido ya casi terminado y con un Real Zaragoza que vencía por 1-2 a los asturianos. 

Ese fallo y otro posterior en Copa del Rey, terminaron por relegar a la suplencia y al olvido al meta galo que, incluso, fue relevado por Rebollo. Eso parecía el fin de un ciclo en el conjunto blanquillo que apenas llegó a despegar...

la nueva vida de poussin

Pero el fútbol, además de muchas caras, da nuevas oportunidades. Nuevas vidas. Por ejemplo, Poussin en verano estaba desahuciado. Incluso, se rumoreaba con que sus enseres personales ya estaban de nuevo en Francia. Pero entonces llegó la pretemporada y si algo nunca se le ha reprochado al galo es su actitud y trabajo callado. 

Esa gran actitud convenció a Víctor Fernández. Eso, y la imposibilidad de traer a buen precio a Edgar Badía, claro está. Pero claro, también estaba el trabajo de Poussin tanto en los entrenamientos como en los amistosos. Eso convenció al técnico aragonés para contar con él. Pero como tercer portero, eso sí. 

Cristina, en pretemporada, seguía recuperándose de su lesión. Además, Joan Femenías llegaba a Zaragoza con la intención de disputarle el puesto al rosarino. De hecho, en Cádiz, primera jornada de liga, fue el ex del Levante el que salió de la partida. 

REGRESO A LA TITULARIDAD

Fue en el Nuevo Mirandilla donde Joan Femenías, en la segunda parte, sufrió una lesión muscular. Entonces, contra todo pronóstico, Poussin, el relegado, el rechazado, volvía a ponerse en la portería del Real Zaragoza. Generando, por qué negarlo, muchas dudas en muchos aficionados. Pero el galo convenció. 

También convenció en las jornadas sucesivas. En Cartagena, en Miranda e incluso en Burgos, pese a la derrota, donde paró dos penaltis seguidos. Incluso demostró el gran profesional que es al final del partido cuando le preguntaron si estaba contento por esa doble atajada. "No puedo estar contento porque el equipo ha perdido", dijo. Chapó por Gaetan. 

Ante el Levante volvió a hacer gala de sus dotes como guardameta, ratificando que si el año pasado le tocó la cruz, este año de momento le toca vivir la cara. Y ojalá, sea así. Serán buenas noticias para el Real Zaragoza. Por lo pronto, este sábado vuelve al lugar del crimen con la intención de sacarse la espinita que le marcó la temporada pasada.