Así puedes aplacar un ataque de pánico y mantenerlo a raya en plena crisis: lo desvela una joven que lo ha superado con éxito

Según su definición, un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que provoca reacciones físicas graves cuando no existe ningún peligro real o causa aparente. Es una pérdida de control. En muchos casos, incluso, es la sensación de que uno va a morir.  

Pero, ¿cómo saber si vamos a ser víctimas de un ataque de pánico? ¿Cómo poder reaccionar para que esa sensación o esos síntomas no nos asalten ni nos invadan? Isabel Fraile es la presidenta del Colectivo de Afectados por el Pánico y la Agorafobia de Zaragoza (CAPAZ). Ha visitado los estudios de COPE y ha hablado sobre este tipo de situaciones. 

Es, entonces, cuando conviene tener una serie de herramientas o estar en preaviso en el caso de que nos podamos ver en un escenario de estas características. Isabel, que sufrió este problema, asegura: "No hay nada más incapacitante...". De ahí que el acrónimo de su asociación sea CAPAZ. 

¿cuáles son las señales de alertA?

En su caso particular, Isabel sufrió ese trastorno de pánico. "Es un episodio que cursa con distintos síntomas muy diversos, físicos y psicológicos. Puede pasar de forma aislada o puede empezar a pasarte con más frecuencia. Técnicamente, lo que dicen es que si tienes por lo menos cuatro episodios de crisis al mes, entonces tienes un trastorno de pánico". 

A este trastorno de pánico hay que sumarle otro: puede producirse con o sin agorafobia. "Si tienes ataques de pánico en determinados lugares o en determinadas situaciones, no tiene por qué ser un lugar, se repiten situaciones típicas, la respuesta es asustarse y empezar a evitarlas y por esto se llega al caso extremo de la persona que no sale de casa, la agorafóbica", añade Isabel. Esa es, precisamente, una de las cosas que hay que trabajarse. 

Pero todos esos factores externos, lo que pasa fuera, es el desencadenante. La causa profunda es donde la persona tiene que trabajar en terapia y por qué desarrolla ese síntoma. Qué es, en definitiva, lo que tiene que recolocar en su interior. 

¿Cómo se curan los ataques de pánico?

En el caso de Isabel, su trastorno de pánico era puro, sin agorafobia. Ella no tuvo lugares temidos. "Llegué a ducharme con la puerta abierta por miedo a caerme muerta y quedarme allí...", explica. 

La terapia le ayudó a Isabel a descubrir cuál era el origen de su trastorno. La causa profunda ayuda a los pacientes a saber cuál es la causa real de esos episodios. Saber qué me pasa y por qué hago esto y tengo estos síntomas. 

En CAPAZ han visto muchas personas a lo largo de los años, incluidas sus fundadoras. A través de la terapia detectan cuál es el origen, el motivo y la causa de esos trastornos. Y una vez detectado, se trabaja para que esos ataques de pánico no vuelvan a producirse. 

Hay, además, varias herramientas para frenar un ataque de pánico. Una, aunque parezca sencilla, es reconocer que estamos teniendo un ataque. A la vez, es respirar de una manera pausada y profunda. Para calmar estos episodios también ayuda el hecho de cerrar los ojos. 

Si por el contrario, preferimos tenerlos abiertos, también ayuda encontrar y fijar un objeto en nuestro campo visual. Concentrarnos en el mismo puede ayudar a enfocar allí nuestra energía. Las técnicas de relajación muscular, sin duda, también permiten sortear este problema. 

El aspecto mental también es importante. Imaginar un lugar feliz para nosotros puede mitigar los efectos de la ansiedad y del pánico que pueda invadirnos. Y finalmente, también es una técnica que puede ayudarnos repetir un mantra internamente. Algo que nos dé fuerza y nos ayuda a desenfocar la atención de ese ataque de pánico. 

Son algunas pequeñas herramientas que tenemos a nuestro alcance y que, en caso de vernos en una situación de estas características, pueden ayudarnos a sobrellevar mejor este tipo de escenarios.