La crisis de los microchips en Aragón: de Opel a Balay
El sector de la automoción es el más afectado por la crisis de componentes, pero la fabricación de electrodomésticos tampoco se libra de esta escasez de microchips a nivel mundial
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La crisis de los microchips se está haciendo notar también en Aragón. Uno de los casos que más daño está haciendo a la economía aragonesa es el de la fábrica de PSA en Figueruelas. La producción de vehículos Opel se ha visto afectada por la falta de semiconductores y en los últimos meses han sido varias las ocasiones en las que los turnos y líneas de producción se han tenido que ir ajustando a la escasez del mercado. Muestra de ello es el nuevo parón que va a sufrir el turno de noche que se suspende durante al menos tres días.
Además, la fabrica de Opel en Figueruelas ha anunciado que el turno de noche quedará suspendido indefinidamente desde el próximo 4 de octubre. Ante ello, la empresa ha ofrecido a los trabajadores traslados puntuales a otras factorias en Madrid y en Francia hasta el próximo 31 de enero. Se puede llegar a trasladar a más de 200 personas. Los trabajadores que se acojan a estos traslados recibirán un extra para alojamiento, manutención y viajes.
La crisis de los componentes en el sector de la automoción no solo afecta a la gran factoría aragonesa de Figueruelas, sino que provoca un efecto en cadena en toda la industria auxiliar. Por ejemplo, Ronal Ibérica en Teruel ya ha anunciado que su producción se reduce en un 30% y por tanto, es más que probable que deba aplicar un ERTE entre sus trabajadores. Las negociaciones entre empresa y comité acaban de comenzar.
CRISIS DE LOS MICROCHIPS EN LOS ELECTRODOMÉSTICOS
La falta de microchips no solo afecta a la automoción en Aragón. BSH, que fabrica electrodomésticos Balay en dos plantas en Zaragoza, se ha visto obligada a frenar su producción. La fabrica de La Cartuja ha detenido su producción hasta el día 26 y la planta de Montañana también tuvo que parar.
"En Montañana habíamos tenido que regular haciendo bajadas o subidas del ritmo de producción en función de la disponibilidad, pero finalmente y debido a la escasez de componentes sí nos hemos visto obligados a parar la producción temporalmente en la línea de inducción", nos contaba en COPE, Luis Ferreruela, director de compras de BSH en España.
El convenio de BSH permite flexibilizar las jornadas de sus trabajadores en función de las necesidades de producción. Por ello, de momento, no ha habido que aplicar ningún expediente de regulación de empleo: "Hasta ahora con las medidas de flexibilidad que tenemos en el convenio, hemos podido ir aplicando regulaciones internas sin tener que acudir a un ERTE".
Lo malo es que no se ve el horizonte final de esta crisis de componentes a nivel mundial. "A día de hoy, lamentablemente, no vemos que en las próximas semanas pueda haber una mejora clara de la producción", afirma Ferreruela. La crisis de los componentes está suponiendo un retraso en la entrega de 60.000 electrodomésticos a los clientes de BSH en España.