Ignacio Laguna, párroco de Villafranca de Ebro, ofrece consuelo a quien lo necesite: “La iglesia sigue abierta y los familiares tienen mi teléfono”

La población zaragozana, de menos de 900 habitantes, está consternada por lo ocurrido esta madrugada, ya que muchos de los residentes fallecidos hacían vida en el pueblo y eran “muy queridos”

Marta López

Zaragoza - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

      
      
             
      

El dolor y el desconcierto se ha apoderado de la pequeña localidad de Villafranca de Ebro, en Zaragoza, donde 10 personas han muerto en el incendio de su residencia

La población al completo está consternada y, a la espera de que se confirme oficialmente la identidad de los fallecidos, el párroco de la Iglesia de San Miguel Arcángel, Ignacio Laguna, asegura que “los conocía a todos, con algunos tenía muchísimo trato”.

“Es una situación muy dura, se da una mezcla de sensaciones porque muchos de los residentes no podían salir por motivos médicos pero otros salían con mucha frecuencia y hacían vida social en el pueblo”, ha explicado.

Por ello, “la pregunta de si alguien sigue vivo se extiende no sólo entre las familias sino entre la población, somos 900 habitantes, son muy queridos, personas asiduas a la parroquia, les ves en la plaza, en la panadería, les queremos mucho y estamos muy tristes”, ha relatado en una entrevista en COPE.

El padre Laguna se ha enterado de la noticia nada más despertarse. Tenía el móvil lleno de mensajes y se ha ido directo a la parroquia, que permanecerá abierta para todo aquel que lo necesite. La iglesia se encuentra situada delante del Ayuntamiento, que ha sido la zona habilitada para atender a las víctimas y sus familias, por lo que muchas han decidido entrar a rezar.

El párroco agradece al Ayuntamiento de Villafranca que le haya dejado participar en el operativo de atención. Escuchando a las familias, asegura que, a pesar del dolor, “tienen mucho consuelo porque esperan que la mayoría hayan muerto dormiditos y que, incluso si alguno ha gritado y ha sentido miedo, haya servido para salvar la vida a otras personas”.

      
             
      

CELEBRACIÓN INTERRELIGIOSA

La Iglesia seguirá abierta y se dará misa por los fallecidos “durante un mes”. Además, posiblemente se organice “alguna vigilia o gesto de oración”, incluso con una celebración interreligiosa “porque había personas de otros credos pero todos con fe, a veces sencilla pero con la confianza de que Dios es bueno y estará cuidando de sus familiares”.

El pueblo ha vivido una situación trágica y los vecinos han sido los primeros en auxiliar a las víctimas. “Un montón de personas se han lanzado a ayudar”, ha confirmado. “Ahora tomamos conciencia del milagro de la vida y acogemos aún con más cariño a las personas que siguen vivas”, asegura.

El sacerdote seguirá ofreciendo consuelo a quien lo necesite: “La Iglesia sigue abierta y los familiares tienen mi teléfono”, concluye.

Temas relacionados