¿Porqué pesan en Lituénigo a una veintena de niños y niñas en una balanza romana?

En esta tradición declarada de interés turístico, se iguala el peso de cada niño o niña menor de un año con su equivalente de trigo y el cereal resultante se deposita en el atrio de la iglesia de esta localidad zaragozana para su posterior subasta

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Imagen de archivo del pesaje de niños en Lituénigo.

Enrique Pérez

Zaragoza - Publicado el

3 min lectura

Lituénigo celebra este domingo el pesaje de los niños, fiesta de interés turístico de Aragón desde 1998. En esta ocasión, serán una veintena los niños y niñas que pesen con el trigo recolectado en la cosecha del pasado verano. Se trata de una tradición que se celebra en el marco de las fiestas en honor a San Miguel Arcángel y consta de tres momentos destacados: la “llega”, el pesaje y la subasta del trigo.

La “llega” abre este acto, con el recorrido por las calles de Lituénigo de los mayordomos, acompañados por la charanga, recolectando trigo por las casas y depositándolo en unos capazos. Este trigo se unirá más tarde a las donaciones que los familiares hacen a San Miguel para pesar a su bebé, acto conocido como el pesaje de los niños de Lituénigo.

El segundo acto destacable es el pesaje en sí. El momento tiene lugar el domingo a las 12:30, después de la celebración de la misa. Al mediodía los vecinos y visitantes se agrupan delante del pórtico de la iglesia de la Purificación de la Virgen.

Este pesaje tiene lugar con una balanza romana de dos brazos del siglo XVII, de las que se usaban para la trilla, provista de dos capazos, uno en cada brazo. Los padres colocan a su hijo o hija, de edad inferior al año, en uno de ellos y el capazo del otro brazo de la balanza se va rellenando de trigo hasta obtener el peso del niño.

Finalizado el pesaje, se junta todo el trigo y se deposita en el atrio de la iglesia; la alcaldesa dará cuenta del peso total del trigo recolectado y del precio de salida, dando comienzo en ese momento la subasta.

Cada subastero tras enunciar su puja, se dirige por el pasillo humano creado en la plaza hasta el otro extremo de la misma y, tras tocar la vara en la que se sostenía la romana del pesaje, regresa de nuevo al pórtico, momento en el que se escucharán nuevas ofertas. 

Las pujas se suceden por el sistema de “tantos” (1 tanto equivale a 3 céntimos de euro) que se van adicionando al precio total del trigo. El postor que haya ofertado más “tantos” obtiene una llave colgada en la puerta del templo y se hace con el trigo obtenido, debiendo pagar la cantidad final al año siguiente y respetando el origen de la tradición que permitía sembrar este trigo y recoger la cosecha antes de su pago.

Al terminar el acto se entrega un diploma al bebé pesado para conmemorar el acto y queda reflejado como tal en el libro de la cofradía de San Miguel.

¿DE DÓNDE VIENE ESTA TRADICIÓN?

La leyenda de este rito se remonta al siglo XVII e incluso hay documentación que incluso lo ubica en la Edad Media. La tradición dice que un matrimonio de Lituénigo que no podía tener descendencia, fue a Tarazona a ver a un fraile que les dijo que no se preocuparan, que tendrían un hijo sano y fuerte si se encomendaban a la virgen. Así lo hicieron y prometieron que si tenían un hijo, ofrecerían tantas talegas (sacos de trigo) como kilos pesara el niño.

Este matrimonio tuvo un hijo finalmente y, tal y como prometieron, ataviaron los mejores burros para llevar el trigo hasta la plaza del pueblo y allí se realizó el pesaje y la ofrenda. Aquello causó tanta conmoción entre los habitantes de Lituénigo que, desde aquel momento, se sigue realizando este tradicional pesaje de los niños y niñas nacidos cada año el último domingo de septiembre.

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