El número 39 de la calle Cerezo es declarado en ruina inminente y sus vecinos no podrán volver a sus casas

Así lo han informado fuentes municipales. Fue el pasado martes 22, por la tarde, cuando los bomberos desalojaron el inmueble después de que técnicos municipales alertasen sobre daños en su escalera

Álvaro Montaner

Zaragoza - Publicado el - Actualizado

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Los vecinos del 39 de la calle Cerezo no podrán volver a sus casas. El edificio ha sido declarado en ruina inminente y el riesgo de colapso en el mismo es muy grande, pudiendo poner en peligro a sus inquilinos. 

Según han informado fuentes municipales, los arquitectos del Servicio de Inspección del área de Urbanismo, Infraestructuras, Energía y Vivienda, han concluido declarar la ruina inminente del inmueble. La decisión se toma ante "el peligro inminente de colapso y hundimiento de algún o varios forjados o de algún tramo de consideración de la escalera principal, es decir por fallo estructural".

Las mismas fuentes del Ayuntamiento de Zaragoza, añaden que se mantiene el desalojo del edificio y se procederá a apuntalar todo el inmueble, de abajo hacia arriba, para asegurar los trabajos de demolición en condiciones de seguridad y evitar el colapso del edificio. 

Si bien, antes de la demolición, una vez garantizados unos mínimos condicionantes de seguridad, los hasta ahora residentes podrán, en el orden y planificación que se marque y con la asistencia de cuerpos de Bomberos y Policía Local, retirar los enseres y elementos personales, en la medida que la intervención lo permita. Posteriormente, se procederá a la demolición.

Desde Urbanismo se remitirá el requerimiento y orden a la propiedad del inmueble y en caso de no acatar la actuación en el plazo de 24 a 48 horas, será el propio Ayuntamiento de Zaragoza quien ejecute las tareas de forma subsidiaria y por emergencia, remitiendo después a los propietarios los costes de todas las intervenciones.

un edficio no catalogado

El número 39 de la calle Mariano Cerezo es un edificio no catalogado de planta baja más otras cuatro plantas, más altillo bajo cubierta, de aproximadamente 100 años de antigüedad construido con técnicas tradicionales de la época; pilastras y muros portantes de ladrillo macizo, forjados de vigas y viguetas de rollizos de madera, entrevigado de urdimbre de caña, tejado de teja cerámica curva. La propiedad está repartida entre once propietarios particulares.

Según explica el informe municipal de inspección, si bien la fachada se encuentra en óptimas condiciones, "examinada la planta baja, se observa que la escalera está movida y su estabilidad no es segura" y que "los pilares que dan al patio interior están torcidos y agrietados en la base". 

Mientras, el patio tiene el suelo desnivelado con caída hacia un sumidero central y existe también en planta baja un local en desuso cuya mitad del suelo está hundido y desnivelado hacia el fondo bajo el patio interior. De este local se puede acceder a una pequeña bodega cuya escalera está arruinada. 

Por su parte, la caja de escalera está deformada con todas las correas de la misma movidas y con inseguridad para su utilización y peligro de hundimiento. Y además, las viviendas presentan todas en general signos de desorden estructural, con vigas, muros y tabiques agrietados y algún madero que está a la vista carcomido, a lo que se suma la flexión del forjado.

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