La sequía ahoga a la cuenca del río Ebro
Según datos de la comisión permanente 2023 de la CHE, que se ha disuelto este martes, El 85% sufrió una sequía prolongada, mientras que el 45% se situó en situación de emergencia
Zaragoza - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Hay cifras que hablan por si solas. Por ejemplo, que el 85% de la cuenca del río Ebro sufrió una sequía prolongada. Y más aún. Que el 45% de la misma estuvo en situación de emergencia por escasez. Los algunos de los datos que se desprenden del informe que ha presentado este martes la Confederación Hidrográfica del Ebro desde su comisión permanente 2023, que este martes también se ha disuelto, por cierto.
El encargado de desgranar esas cifras ha sido Carlos Arrazola, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro: "El plan especial de sequía, la herramienta que nos ha permitido dirigir los designios de este episodio, ha sido útil. Y a la vez, nos ha permitido ir avanzando en la elaboración del próximo plan de sequías", ha explicado.
Estamos hablando de que no se producía una sequía de una intensidad similar desde los años 90 en la cuenca. Esto ha puesto a prueba el sistema de gestión del agua y esos planes especiales de los que hablaba Arrazola. Pero también invita a la reflexión y a la concienciación, por ejemplo, de los agricultores a la hora de emplear los sistemas de riego.
Sobre este aspecto también ha hecho un análisis Arrazola: "Hemos ganado un 20% (en lo que se refiere a los riegos) cuando este porcentaje era al revés hace unos años". Y ha querido recordar que el "riego a manta supone la inundación de los campos", mientras que el "riego por goteo tiene unas dosis óptimas para cada momento y para cada cultivo", por lo que el "ahorro de agua es considerable".
Sistemas eficaces
Pese a esta situación, la CHE ha querido destacar que muchas de sus herramientas han funcionado. Esta gran sequía, similar a la de los años 90, ha puesto a prueba el sistema de gestión del agua y los planes especiales de sequía, vigentes desde el año 2007.
También ha supuesto la demostración palpable de la eficacia de las principales herramientas que suponen: los indicadores de sequía, la aplicación de los protocolos de actuación y las medidas de gobernanza aplicadas (Comisión Permanente de Sequía, medidas económicas extraordinarias, reales decretos ley, etc.).
Por otro lado, también destacan desde la CHE que ha sido la demostración de la total vigencia y utilidad social de la aplicación de la gestión del agua desde el principio de unidad de cuenca.
Las pérdidas por la sequía
El informe realiza un análisis de la sequía, más allá de la mera descripción hidrológica, que profundiza en los impactos económicos, sociales y ambientales en todos los territorios de la Cuenca del Ebro y en la Cuenca en su conjunto. En este sentido, las pérdidas por la sequía de 2023 a nivel nacional se cifran en más de 10.000 millones de euros, con impacto en todas las actividades económicas.
También se recopilan las medidas adoptadas y se realiza una propuesta de mejoras para las futuras sequías. Así, durante la sequía de 2023 se puso de manifiesto, entre otros muchos aspectos, el importante papel del Sistema Automático de Información Hidrológica del Ebro (SAIH Ebro) como una herramienta imprescindible para aportar información clave de la evolución de los recursos hídricos.
En esa línea, también destacan el papel esencial de los embalses y de su gestión participativa en el ámbito de las juntas de explotación de la CHE durante todo el periodo, la necesidad de mantener la vigilancia de los vertidos y los aprovechamientos y la imprescindible colaboración y la corresponsabilidad de todos los actores implicados (administraciones públicas, usuarios y sociedad en general).
Lo que viene
En la página web de la CHE se ha abierto un nuevo apartado en el que ya se están recogiendo los efectos de la sequía de 2024, de mucha menor intensidad que la del año pasado, pero que está afectando a algunas cuencas especialmente (Huerva, Guadalope, Ciurana) y que está obligando a adoptar medidas específicas. Esta situación refleja, una vez más, la realidad de la cuenca del Ebro, donde es habitual que siempre haya alguna cuenca en situación de dificultad en atender las necesidades de agua por problemas de escasez.