El abandono de la zona rural y las plantaciones de eucaliptos y pinos agravan los incendios

Los expertos advierten de que la falta de cuidados en el monte y el aumento de especies "pirófitas", como el eucalipto, favorecen la extensión de los fuegos

Redacción COPE Asturias

Asturias - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Siempre ha habido incendios forestales en Asturias, pero no como ahora. Lamentablemente siempre han existido ganaderos que iniciaban una quema para ampliar sus pastos o pirómanos que disfrutaban con el fuego, pero que los incendios alcancen la extensión a la que han llegado en la última semana es un fenómeno relativamente nuevo y que los expertos relacionan directamente con el despoblamiento de la zona rural y el incremento de plantaciones de especies como el pino o el eucalipto.

La ingeniera de Montes Asunción Cámara Obregón, explicaba en COPE como, en apenas 20 años, el creciente abandono de los pueblos y la actividad agroganadera ha supuesto un cambio radical en la evolución de los incendios.

"Es un problema de abandono de actividad", explica, "se acumula mucha cantidad de combustible en los montes porque no hay capacidad para tener una gestión, una ordenación, una planificación forestal de toda nuestra estructura forestal, que en Asturias es tremenda".

No se cuidan y limpian los montes y, además, se ha abandonado mucha de la actividad agraria que se realizaba en las inmediaciones de los pueblos, con lo que "prados y tierras aledañas a las zonas habitadas se han colonizado por la vegetación del bosque", con lo cual "se está generando un continúo con gran cantidad de combustible". El fuego tiene más facilidades para llegar hasta las casas, para crecer y provocar "unos incendios que los equipos de extinción no tienen capacidad de apagar".

Al problema del despoblamiento hay que sumar la proliferación en los últimos años de plantaciones de especies como el eucalipto o el pino, más rentables para su explotación forestal que los bosques tradicionales, pero, también, mucho más inflamables.

"El eucalipto es una especie pirófita, amiga del fuego", explica en COPE Daniel García, catedrático de Ecología de la Universidad de Oviedo. Una especie procedente de Australia que "se ha adaptado a vivir con el fuego e incluso beneficiarse de él". Fuera de su ámbito de origen, como en Asturias, los eucaliptos crean zonas altamente inflamables, que contrastan con el comportamiento de los bosques autóctonos, donde especies como el roble, el haya o el castaño son mucho más resistentes al fuego.

"Cuando se queman las plantaciones forestales y llegan a los bosques autóctonos, muchas veces se apagan", explica García, porque "son bosques tremendamente húmedos, tienen un tipo de madera y un tipo de un tipo de hojarasca, un tipo de sotobosque también, que retiene mucho la humedad y actúa muchas veces como cortafuegos".

García está convencido de que sustituir las plantaciones actuales por especies autóctonas reduciría claramente la extensión de los incendios.