Dolor y emoción en el funeral del guardia civil Dámaso Guillén, atropellado por un delincuente en Pravia

La Catedral de Oviedo ha acogido este lunes el funeral por el guardia civil Dámaso Guillén, de 49 años, que murió el sábado tras ser atropellado por un delincuente que había robado un coche y después de herir con un hacha a dos personas en Beifar, en el concejo de Pravia

El féretro, cubierto con la bandera de España, ha sido introducido en el templo portado por varios compañeros y con una larga ovación mientras los integrantes de la Benemérita cantaban en la plaza de la Catedral "La muerte no es el final".

El funeral lo ha presidido el arcipreste de Oviedo y exguardia civil, Joaquín Serrano Vila.

Guillén, que deja viuda y una hija de 13 años, se encontraba de servicio de protección en una prueba ciclista en la que participaban setenta adolescentes menores de edad.

El agente fallecido ha recibido a título póstumo la medalla de la Orden del Mérito con distintivo rojo, la distinción más alta.

La muerte del guardia civil sucedió este sábado a las 17:40 horas en el kilómetro 8 de la carretera AS-236, cuando el agente, motorista del destacamento de Oviedo, se encontraba de servicio en una prueba deportiva. Dámaso era el encargado de abrir la carretera en la cabecera de una carrera ciclista cadete y no dudó en cumplir con su labor de proteger a los demás cuando vio venir de frente a este individuo que no pensaba parar a pesar de las indicaciones. El conductor estaba en plena huida, después de haber atacado con un hacha a dos vecinos en el pueblo de Beifar donde había mantenido una discusión

El conductor, candasín de 29 años, arrolló al agente, que falleció en el acto.

Tras el suceso, el hombre se dio a la fuga y, finalmente, fue arrestado y permanece detenido en el acuertalamiento que la Guardia Civil tiene en el Rubín, en Oviedo. El martes pasará a disposición judicial.