¿Qué consecuencias económicas tendría para Asturias la parada de un horno de ArcelorMittal?

Los economistas advierten que la multinacional siderúrgica es la "locomotora" de Asturias: supone en torno al 12% del PIB regional, tanto como todo el sector turístico

Fernando Díaz

Oviedo - Publicado el - Actualizado

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La posible parada de un horno alto en la planta que ArcelorMittal tiene en Gijón ha hecho saltar todas las alarmas en Asturias. La empresa asegura que la decisión no está todavía tomada, a la espera de cómo evolucione el mercado, pero ya ha comenzado los preparativos para ejecutarla a primeros de abril.

"Es una noticia malísima, muy mala" asegura el decano del Colegio de Economistas de Asturias, Abel Fernández, quien recuerda que "es la locomotora, la principal industria que tenemos, luego cualquier bajada de producción nos afecta de manera muy evidente a toda la región".

Un ajuste que tampoco sería nuevo. El decano recuerda que "llevamos ya décadas reduciendo lo que fue la empresa siderúrgica en Asturias". El impacto de las continuas reconversiones, hizo que pasara de tener 23.000 empleos a poco más de 5.000. Aun así, Arcelor y todo la que la rodea, desde empresas auxiliares a transporte, sigue suponiendo en torno al 12% del PIB asturiano. Tanto como todo el sector turístico junto.

Los hornos altos son la base sobre la que se asienta toda la actividad siderúrgica. En ellos se transforma el mineral de hierro en arrabio con el que luego alimentar las acerías, de donde sale el acero para el resto de talleres, donde se transformará en chapas, bobinas o carriles.

Los dos hornos de Gijón tienen una capacidad de casi cinco millones de toneladas de arrabio al año. El cálculo no es difícil, con uno parado esa capacidad se reduce a la mitad. A partir de ahí, la reducción afecta en cascada al resto de instalaciones en Asturias, especialmente la acería de Avilés, el Tren de Bandas en Caliente o la división de Laminación en Frío.

Menos producción, supone menos empleo. La multinacional tiene prorrogado el ERTE que podría afectar hasta 5.000 trabajadores en Asturias, a lo que habrá que sumar el impacto en las empresas auxiliares que trabajan para Arcelor o, incluso, el transporte.

Y lo peor es que los trabajadores empiezan a temer que esa parada sea definitiva. Que la multinacional pretenda cumplir el objetivo de reducir emisiones de CO2 cerrando instalaciones y olvidando el plan de descarbonización de la empresa, presentado a bombo y platillo en 2021. La pieza fundamental, la construcción de la planta de reducción directa de hierro (DRI) que debería de sustituir a los actuales hornos altos, aún no ha recibido luz verde.

José Manuel Castro, de CCOO, sospecha que Arcelor pretende "hacer una descarbonización exprés, una descarbonización cutre". Reducir emisiones "no con las inversiones que se habían comprometido, sino gracias a trabajar con un solo horno alto", es el temor de Castro que señala que los directivos de la multinacional "llegaron a insinuar la visita a una de las factorías, en Polonia o Alemania, que trabajan con esa configuración".

Así las cosas, los trabajadores reclaman a la empresa que aclare sus planes de futuro. "Si lo que pretende ArcelorMittal es no hacer las inversiones relativas a la descarbonización que lo diga de una vez, no puede mantenernos en este sinvivir" asegura Castro, recalcando que si lo que pretende es una nueva configuración industrial con un solo horno alto, pues que lo diga también porque eso va a llevar una gran afectación al empleo y a la capacidad de producción".

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