Robi, las cafeterías de Asturias que utilizan productos gourmet, de proximidad y Comercio Justo

Su responsable de Equipos, Sandra Montero, ha explicado en COPE la labor que realizan: "Colaboro con ONG's, somos un equipo multicultural y eso suma"

Marcos Martín

Asturias - Publicado el - Actualizado

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Las cafeterías Robi son conocidas en Asturias gracias a sus cuatro negocios: los de Oviedo, en El Vasco y El Rosal; el de Gijón, en la avenida de la Costa; y el cuarto, desde enero de este año, en el Parque Tecnológico de Llanera, "dando desayunos y menús a los ingenieros", según ha contado en COPE su responsable de equipos, Sandra Montero. Suman, además, sus foodtrucks.

A su labor empresarial, como cualquier otro negocio de hostelería, suma una labor social, a la que Montero resta importancia y normaliza porque "yo creo que las cosas se consiguen cuando se suman muchas colaboraciones y aportaciones". Con esta filosofía, además de las vías tradicionales de contratación, "colaboro con ONG's y me ponen en contacto con personas que llegan aquí, con otros problemas y dificultades y se suman a nuestro equipo".

De esta manera, "tenemos un equipo multicultural" y, asegura, "eso suma".

Además, Montero ha contado una experiencia piloto llevada a cabo con dos chicos con Síndrome de Down, en colaboración con Down Principado de Asturias: "Estuvieron dos meses con nosotros, Fran y Pico, y tras un periodo de estar expectantes al principio, nos dieron mucha energía y positividad". También los clientes, que "se volcaron, aunque 1 de cada 1.000 mostrara cierta extrañeza". "Vamos a repetir", advierte.

Productos de calidad, de proximidad y Comercio Justo

Además de toda la labor que realiza Robi de puertas para dentro, esta cadena de cafeterías es reconocida por su producto; sobre todo, sus famosos (y premiados) churros, pero también el café y el chocolate.

"Es café de especialidad, gourmet, que pasa unas puntuaciones y es más saludable; de hecho, el descafeinado es lavado con agua y no con productos químicos", explica Montero, que habla también del chocolate, sin gluten ni lactosa, y que llega, a través de Comercio Justo, de una cooperativa de Santo Domingo compuesta por mujeres.

Y suma, también, la leche, que es "fresca, de kilómetro cero". "Los clientes no saben por qué, pero nos dicen 'qué bueno está esto'; pues es gracias al café y la leche fresca", zanja Montero.

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