Mejoría insuficiente para el Sporting

En Anduva, sí. El Sporting cambió su cara -sobre todo, tras el paso por los vestuarios- y mejoró su imagen respecto a los encuentros contra el Cartagena y el Racing de Ferrol. Sin embargo, a los rojiblancos, que fueron muy superiores al Mirandés en la segunda mitad, no les valió para sumar los tres puntos. El equipo de Albés tuvo que conformarse con el empate (1-1), tras igualar Pier el tanto inicial de Lachuer. 

El gol local llegó de penalti, tras una mano que Kevin Vázquez sacó a pasear en un centro del Mirandés. Incomprensible que el lateral derecho extendiese el brazo. Y más incomprensible que la jugada se produjese, tras el brutal golpe entre Panichelli y Cuerbelo, que mandó al primero al hospital en ambulancia y al segundo, al vestuario, mareado, en camilla. El árbitro, Moreno Aragón, vio desplomarse a ambos jugadores, pero esperó a que terminase la jugada de ataque del Mirandés para parar el partido. Poco más pasó en la primera parte, salvo un penalti que reclamó el Sporting en los 10 minutos de prolongación que tuvo el acto inicial. 

Otro Sporting en la segunda mitad

En la segunda parte, el Sporting cambió su cara. Fue muy superior al Mirandés; jugó en campo rival y acumuló ocasiones de todos los colores. Algunas, claras; como un cabezazo de Caicedo, un balón cruzado de Campu, un mano a mano de Gelabert y un remate a bocajarro de Dubasin; que reclamó, además, un penalti, después de que Raúl Fernández le trabase con las manos. 

Sin embargo, fue Pier, con un remate desde la frontal del área el que igualó el marcador. Lo hizo, además, con suspense. Porque Moreno Aragón anuló, en primera instancia, el gol, por una mano que solo vio él. El VAR corrigió su decisión y el tanto subió el marcador. El Sporting siguió intentándolo, pero el marcador ya no se movió. 

Empate en Anduva que sirve para romper la racha de derrotas y, sobre todo, para mejorar la imagen del conjunto rojiblanco antes de cerrar el año 2024 contra el Málaga, en El Molinón.