Una parroquia de Gijón bate récords elaborando las tradicionales rosquillas de San Blas

La tradición atribuye a este dulce propiedades sanadoras para la garganta y las vecinas de Jove han empaquetado unas 10.000 bolsas con más de 700 kilos de rosquillas bendecidas

Marcos Martín

Asturias - Publicado el

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La parroquia de Jove, en Gijón, celebra este sábado, 3 de febrero, Día de San Blas, uno de sus días grandes del año. Va a repartir, entre los vecinos de la zona y también de otros puntos de la ciudad, las famosas rosquillas "sanadoras" empaquetadas por las feligresas de Santa Cruz y bendecidas por el párroco, Eduardo Zulaiba, que ha estado en COPE.

"El año pasado la gente se quedó sin rosquillas, hubo que encargar 200 kilos más para que la gente las fuera a recoger", explica el cura, que advierte de que, para evitar escasez, este año han elaborado una cifra récord: "entre 700 y 800 kilos", asegura. Es decir, unas 10.000 bolsas de rosquillas. A pesar de ello, Zulaiba pide a la gente "que sea paciente".

La gente pide 100 bolsas

Porque "la gente se enfada, dice que está mal organizado, nos preguntan que cómo se pueden acabar las rosquillas... Pero claro, nosotros vendemos vales para saber cuántas rosquillas tenemos que pedir y contamos, además, con gente que llega sin vale", explica el párroco, que añade que "no se llevan una o dos bolsas, hay gente que pide 100 bolsas de rosquillas". "¡Así es muy complicado!", asegura.

ROSQUILLAS SAN BLAS TPA

Rosquillas de San Blas (archivo).

Origen de la tradición

El éxito de las rosquillas ha ido 'in crescendo' desde 1942, cuando "el párroco, don Eladio, trajo las rosquillas de otro sitio, no sé sabe cuál, donde se celebraba San Blas y hacían rosquillas", ha contado, en COPE, Zulaiba. "Nos quedamos con la idea y, un año, Herminia -la mujer que cuidaba al cura- hizo rosquillas y las repartió entre los niños de la catequesis".

Según la tradición que cuentan los vecinos de Jove, aquel invierno hubo menos problemas de garganta. "Yo, que necesito que me funcione bien la garganta, las tomo... ¡Y me viene muy bien!", cuena Don Eduardo. Defiende, además, que "son muy ricas" gracias a su fórmula secreta: "Cuando encargamos las rosquillas, porque antes las hacían las señoras de Jove, pero ahora hay que pedirlas ya, hay un contrato de confidencialidad, no pueden ni venderlas ni revelar la receta", asegura.

Al margen de la festividad, Zulaiba destaca que la fiesta de San Blas sirve para unir a la comunidad: "Hay mucha gente que se marchó de Jove a otros lugares de Gijón, Asturias y España y este día lo tienen marcado en el calendario y regresan", ha explicado.

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