Prevención

Así funcionan los pozos de tormentas de Gijón: las infraestructuras que evitan las inundaciones en la ciudad en episodios de lluvias torrenciales

La Empresa Municipal de Aguas gestiona tres grandes depósitos bajo tierra, con capacidad para miles de litros, en la playa de El Arbeyal, en el Museo del Ferrocarril y en el parque de los Hermanos Castro

Marcos Martín

Asturias - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

      
      
             
      

Salvando las distancias con lo sucedido en Valencia, que ha sido una catástrofe natural de dimensiones desconocidas, en Gijón también saben de inundaciones. Todavía se recuerdan las sufridas, en los años 70 y 80 del pasado siglo, por los vecinos de la avenida de Schulz, con los bomberos accediendo a las viviendas en zódiac. O, más recientemente, en 2015, cuando los coches aparcados en la parte baja de la calle Brasil acabaron completamente cubiertos por el agua tras un episodio de lluvia torrencial, con 25 litros de agua recogidos, en apenas un cuarto de hora, por metro cuadrado. 

Para evitar las inundaciones -o minimizar sus consecuencias-, el Ayuntamiento de Gijón ha construido, bajo tierra, varias infraestructuras: los pozos de tormentas. Primero fue el de la zona centro, en la playa de Poniente, junto al Museo del Ferrocarril; y más recientemente, bajo la gerencia de Vidal Gago en la Empresa Municipal de Aguas, los de El Arbeyal, en la zona oeste; y el parque de los Hermanos Castro, en la zona este. 

"En mis primeros meses como gerente, en septiembre de 2016 -explica Gago-, se produjeron inundaciones en la calle Brasil (no tan graves como las registradas un año antes); y el hecho de ver la angustia en las caras de los vecinos de la zona y los comerciantes que tenían sus negocios en los bajos; y poder asegurar ahora un servicio que les evita, prácticamente con total seguridad, esas inundaciones, es motivo suficiente como para darlos por bien empleado".

EMA Gijón

Sede de la Empresa Municipal de Aguas de Gijón

El gerente de la EMA justifica, así, la inversión realizada por la empresa municipal, que rondó los 11 millones de euros en cada uno de los dos proyectos para las zonas este y oeste. 

Como 25 piscinas olímpicas

Y, ¿cómo funcionan los pozos de tormentas? Estas infraestructuras cumplen una doble función: evitar el riesgo de inundaciones y reducir la contaminación. 

"En episodios de una precipitación muy concentrada, en los que pueden caer decenas de litros por metro cuadrado en, por ejemplo, una hora, recoge todo ese agua en los tanques de tormentas, que son grandes contenedores; y, una vez pasado ese episodio, va soltando el agua a la red para que siga su camino normal", explica Gago.

      
      
             
      

La capacidad de los tanques no es pequeña: en el de Poniente, caben 26.300 metros cúbicos de agua; en El Arbeyal, 22.000; y en el parque de los Hermanos Castro, 15.000. En total, son 63.300 metros cúbicos. Si se completase la capacidad de los tres, habría agua suficiente para llenar 25 piscinas olímpicas. 

Además de acumular agua para evitar que se sature el sistema de saneamiento de Gijón, reduce la contaminación. Los episodios de fuertes tormentas suelen presentarse en verano, y "después de un largo periodo de sequía". Por lo que el primer arrastre de las lluvias es "enormemente contaminante", según el gerente. 

EMA Gijón

Proyecto sobre plano del pozo de tormentas de Hermanos Castro, en Gijón

El agua lleva consigo restos de hidrocarburos que están en la calzada, goma de los neumáticos y "todo tipo de porquería en bastante cantidad". El pozo de tormentas retiene ese agua y "la envía para ser depurada y que no contamine al medio". 

      
      
             
      

¿El 'nuevo cauce del turia' gijonés?

Por tanto, en estos días en los que tanto se habla del Nuevo Cauce del río Turia que ha evitado -según los expertos- que el desastre sufrido en poblaciones como Paiporta, Benetússer o Utiel se replicase, también, en Valencia capital, Gijón también puede 'presumir' de tener su infraestructura salvadora. 

Aunque el gerente de la EMA, ingeniero de Caminos de profesión, puntualiza que, como infraestructura, el pozo de tormentas "tiene más que ver con las presas". Aclara que su función es "similar a la de la presa de Forata", que evitó un desastre mayor al frenar 37.000 millones de litros de agua, o la proyectada y no construida de Cheste, que, según Gago, "hubiese ayudado a embalsar una gran cantidad de agua y hacer que la avalancha hubiese sido menor".