'No show'

Van a cenar en familia a un restaurante de Gijón y la cocinera alucina por el gesto de la hija al poco de llegar: "Ojo"

La chef asturiana Lara Róguez lamenta que el grupo "había avisado de que iban a llegar un poco tarde y nos adaptamos, manteniendo la cocina abierta para atenderles a ellos"

Marcos Martín

Asturias - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

      
      
             
      

Por la naturaleza de su trabajo, el gremio de los hosteleros vive, de forma bastante habitual, situaciones surrealistas en los bares, cafeterías o restaurantes. Y cada vez está más extendido, en estos últimos, los 'no show': que los clientes hagan una reserva y no aparezcan

Una práctica que quieren combatir los propietarios de restaurantes. ¿Cómo? Cobrando una 'multa' a aquellas personas que no acudan al establecimiento a pesar de haberse comprometido. Para ello, solicitan un número de tarjeta en el momento de hacer la reserva (por internet, generalmente) sin cargo alguno: un sistema similar al que utilizan los hoteles.

EFE/ David Aguilar

Mesa reservada en la terraza de un restaurante

El objetivo es acabar con un "mal bastante grande" que sufren estos establecimientos. Lo dice la chef Lara Róguez, que está al frente del restaurante Abarike, en el entorno de la Plaza Mayor de Gijón, y ha vivido una vuelta de tuerca con los 'no show'. Una historia que parece mentira, con un final obvio (las personas que reservaron no comieron y la mesa quedó vacía), pero con giros inesperados en su desarrollo.

El restaurante recibió una solicitud de reserva para comer tres personas un domingo a última hora del servicio. "Habían llamado para advertir de que no iban a llegar a tiempo y pedirnos si podían comer más tarde", ha explicado Róguez, que ha puntualizado que "les dimos un poco de margen", para lo que mantuvieron la cocina abierta más tiempo del habitual.

Al parecer, los comensales eran un matrimonio y su hija, que llegó primero al restaurante. Se sentó en la mesa y pidió la carta: "Como sus padres iban a llegar un poco más tarde, quería echarles un ojo; le ofrecimos bebida, pero no pidió nada", explica la chef.

Hasta ahí, todo parece normal. Pero tras diez minutos, la mujer se levantó de la mesa y se fue. Para hacer más inverosímil la situación, explicó a los camareros de Abarike que sus padres se habían encontrado "con alguien" de camino al restaurante y que se habían "sentado a la mesa con ellos a comer". No iban a ir y ella se marchaba también. 

      
             
      

"Nos dejó con la mesa vacía y con la cocina, que estaba cerrada ya, esperando para atenderles a ellos", ha denunciado Lara Róguez, que ya suele pedir los datos de la tarjeta de crédito, como "garantía bancaria", cuando se trata de reservas para mesas grandes.

Otro 'no show'

Y es que no es la primera vez que sufre un 'no show' en circunstancias surrealistas. La propietaria de Abarike ha compartido, también, el caso de un cliente que hizo cuatro reservas para dos días diferentes, con nombres y correos electrónicos diferentes, pero un mismo teléfono móvil de contacto. 

De las cuatro reservas, dos quedaron anuladas porque no había metido los datos de la tarjeta de crédito. Era una mesa para cinco comensales. El primer día fueron. Pero el segundo, 15 de agosto, festivo y día grande de las Fiestas de Begoña de Gijón, no

      
             
      

Abarike

Comedor del restaurante Abarike, en Gijón

"Cuando le llamamos para preguntarle por qué no venían a cenar, nos dijo que ya había ido el día anterior", relata Róguez, que explica que su local cuenta con cinco mesas y seis espacios en la barra, por lo que perder la mesa grande en un día tan especial es una faena. 

Además, ha contado que el cliente envió un correo electrónico "llamándonos de todo" porque la plataforma donde había hecho la reserva le había cobrado 50 euros por no acudir a comer: "Nos dijo que la comida había estado bien, pero que no era la forma de actuar".