El centro de baja exigencia del Albergue Covadonga celebra 10 años tras atender 4.000 usuarios
En 2013 se creó la unidad de baja exigencia para dar atención a las personas sin hogar, que duermen en la calle o en viviendas precarias, para que pudieran asearse y tomar un café
Gijón - Publicado el - Actualizado
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Decir Albergue Covadonga en Gijón, es decir, "casa que ampara, protege y aloja a los más necesitados". Se creó en el año 1988 en el barrio de El Natahoyo, en las instalaciones del antiguo matadero municipal. En aquella instalación precaria de la calle Mariano Pola, las hermanas Siervas de los pobres hicieron auténticos milagros para poder dar cobijo a los más necesitados. Capitaneadas por la Hermana Covadonga Donate, que dio nombre a la institución benefactora. Ella, Covadonga Donate, junto al jesuita Francisco Herrero y el seglar Tomás Marco, pusieron en marcha el Albergue de Gijón.
Traslado a la actual sede
En el año 1995 se pasa a la nueva sede, en la calle Diario El Comercio, en un local compartido con la Asociación Proyecto Hombre, que atendía y trataba de sacar a las personas del mundo de las drogas. Proyecto Hombre se mudó a otra instalación en la zona de El Natahoyo, y a partir de ahí el Albergue Covadonga funciona como centro de residencia y atención para personas sin hogar y que no tienen recursos.
En el año 2016 se amplía la capacidad del Albergue, tras una reforma estructural de las instalaciones, pasando a disponer de 87 plazas de alojamiento, de las que 55 son para hombres, 23 para mujeres y reservándose 9 para personas con necesidades especiales, sean hombres o mujeres, según la necesidad existente. Además, se habilita un módulo de alojamiento de urgencia para familias con menores de edad a cargo y con capacidad para 6 personas.
Actualmente, el Albergue tiene capacidad para acoger a 100 personas en régimen de alojamiento. Los periodos de estancia no suelen superar los 7 días, aunque en algunos casos ya se han prolongado hasta un mes. Se trata de situaciones que tiene que analizar la Fundación y dar su visto bueno para que se prolongue el periodo de estancia habitual.
El centro de baja exigencia
En el mes de febrero del año 1993 se crea la Unidad de baja exigencia. Un punto en el que se quiere ampliar la atención a los más necesitados. No son residentes, pero les quieren dar la posibilidad de asearse y tomar una bebida caliente. Es una forma de atender a un tipo de sin techo que se busca la vida por la calle, que no tiene acceso a una vivienda digna y que vive en un "infravivienda" o en cajeros o soportales, por las calles de Gijón. La directora del Albergue Covadonga, Cristina Avella, destaca la importancia de este servicio para que los usuarios abandonen la calle y puedan entablar una conversación. "Es un dispositivo en el que las personas sin hogar pueden ducharse, asearse, y tomar un café. Pueden conversar con otros usuarios del centro, y así poder mantener una conversación con un grupo de personas y sentirse integrados", recuerda orgullosa, Cristina Avella.
Manifiesto por el derecho a una vivienda digna
Los actos de celebración del 10º aniversario de la Unidad de baja exigencia del Albergue Covadonga, concluyeron con la lectura de un manifiesto en el que se hacía un alegato al derecho de tener una vivienda digna. Es un objetivo que las instituciones europeas se plantean para el año 2030, pero a poco más de seis años para la llegada de esa fecha, no parece un reto alcanzable. En el manifiesto se hace referencia a los precios elevados de la vivienda y los complejos requisitos para acceder a vivir en un piso: alquileres con avales muy altos, mercado negro de casas y habitaciones de alquiler. Y un sinfín de condiciones adversas que dificultan y limitan el acceso a una vivienda digna. Piden que las autoridades intervengan en ese mercado para acabar con el mercado negro y los precios abusivos.