La escasez de lluvias en Asturias eleva el nivel de alerta por la contaminación en Gijón
El ayuntamiento de la ciudad y el gobierno autonómico aplican sus protocolos, con limitación de velocidad en la autopista y restricciones a la actividad portuaria e industrial
Asturias - Publicado el - Actualizado
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Aunque las reservas hidráulicas del Cantábrico Occidental, que incluyen a Asturias y Cantabria, siguen por encima del 80% de su capacidad, la escasez de lluvia está dejando consecuencias negativas -que no son directamente carestía de agua para el consumo- en el Principado: su ciudad más habitada, Gijón, está sufriendo un episodio de contaminación que ha obligado al ayuntamiento de la ciudad y al gobierno autonómico a activar (y endurecer) sendos protocolos para mejorar la calidad del aire.
Los planes recogen medidas restrictivas a la circulación y la actividad industrial y portuaria. En lo que se refiere al transporte y la movilidad, se limita la velocidad en carreteras de las redes estatal y autonómica y se prohíbe la circulación de vehículos pesados de mercancías en determinados tramos urbanos. Además, se procede al riego de carreteras.
En cuanto a la industria y la actividad portuaria, se establece la necesidad de extremar las precauciones en los procesos susceptibles de generar emisiones; y es preciso regar viales, particularmente en las zonas de acceso a almacenamientos de graneles a la intemperie, y la humectación de graneles pulverulentos acopiados a la intemperie.
Para el puerto, el protocolo establece la reducción de las operaciones con material pulvurento al mínimo indispensable (carga, descarga, trasiego y transporte, y la prohibición, con algunas excepciones, de manipulación de graneles a la intemperie.
También quedan limitadas, en determinadas franjas horarias, las obras y actividades que generen contaminación atmosférica: demoliciones, limpieza de fachadas, corte o abrasión de materiales en la vía pública o sistemas de limpieza viaria con soplado.
Tres veces menos de lluvia
Gijón ha recogido, en el primer mes de 2024, 68 litros de agua de lluvia por metro cuadrado. La comparación con enero del pasado año -con 220 litros recogidos- es preocupante: ha habido un descenso del 31% en los chubascos. Además, el último día de enero que llovió con cierta intensidad fue el 18. A la ausencia de lluvia, se suman unas condiciones de ventilación atmosférica desfavorables e intrusiones saharianas en el noroeste y norte de la península.
¿Cómo afecta la sequía a la contaminación?
En COPE, hemos hablado con
, que ha explicado que la ausencia de lluvias eleva los niveles de contaminación: "La ausencia de vientos y precipitaciones no limpia el ambiente de forma adecuada, generando una calidad del aire desfavorable porque
A pesar de la 'ayuda' para rebajar los niveles de partículas en el aire, los ecologistas advierten de que la lluvia no suprime la contaminación, sino que la dispersa, la arrastra "moviéndola de un lado para otro". La Coordinadora Ecoloxista d'Asturies advierte, en cualquier caso, de que ni con la lluvia, Gijón está consiguiendo adaptar sus niveles de polución a las recomendaciones de la OMS.