Un escolar de Gijón, herido tras ser atacado por una gaviota que quería robarle el almuerzo en el recreo
El chico, de segundo de Primaria, sufrió un rasguño cuando el animal intentó llevarse una galleta que estaba comiendo: "Si hubiese sido un centímetro más arriba, le hubiese arañado en el ojo"
Asturias - Publicado el
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Ha sido un susto... ¡Pero vaya susto! Un alumno de segundo de Primaria del colegio público Santa Olaya, de Gijón, ha tenido el peor recreo de su vida por culpa de una gaviota, que se encaprichó de su almuerzo y le atacó para intentar quitárselo. La cercanía entre el mar y el centro educativo hace habitual la presencia de estas aves en el entorno, pero nunca hasta ahora habían sufrido un suceso de estas características.
"Puede parecer exagerado; pero, a veces, miras al cielo y parece una película de Hitchcock", explica, en COPE Gijón, la directora del colegio, Rocío Paz. Hasta ahora, las gaviotas habían esperado a que terminase el recreo y el patio se quedase vacío: "Están al acecho, escuchan el timbre y aparecen", cuenta Paz, que cree que "tienen asociado que ese sonido es su hora de comer lo que haya quedado en el patio".
Sin embargo, en esta ocasión, una gaviota ha atacado a uno de los alumnos. Se lanzó a quitarle el almuerzo y le causó varias heridas de carácter leve: "El niño subió la galleta que estaba comiendo para intentar que no se la cogiese, y la garra de la gaviota le arañó desde el pómulo hasta el final de la cara", cuenta Paz, que explica que "si llega a ser un centímetro más arriba, le araña el ojo".
¿Solución a la presencia de gaviotas?
Afortunadamente, "estamos hablando de este caso como un susto y sin que haya pasado nada grave"; pero la directora del colegio Santa Olaya reclama el cierre de la pista cubierta "para que los niños puedan almorzar tranquilamente y luego, si quieren, jugar al aire libre en el resto de pistas".
La presencia de gaviotas, por otra parte, preocupa en el Ayuntamiento de Gijón. Va a invertir 110.000 euros este año para controlar la población de esta especie y de palomas.
Además de retirar nidos y huevos, como viene haciendo hasta ahora; también actuará sobre ejemplares adultos, en casos de agresividad manifiesta, y utilizará aves de presa adiestradas, dos veces al año, para controlar la presencia de gaviotas en el casco urbano.