La inteligencia artificial permite detectar riesgo de autismo desde los 9 meses: la mirada del bebé, clave para la sospecha
Un prototipo de prueba que detecta un patrón de mirada diferente lograría adelantar el diagnóstico -actualmente entre los 2 y 3 años- y aplicar al niño tratamientos preventivos para aminorar los síntomas de prueba
Asturias - Publicado el
2 min lectura
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) se diagnostica, de media, entre los dos y los tres años de edad. Y según la Confederación Autismo España, la edad media de primera sospecha se sitúa en torno a los 22 meses. Sin embargo, los avances que -en prácticamente todos los ámbitos- permite lograr el uso de la inteligencia artificial, han llegado también a este campo.
Al menos, eso demuestran los resultados de un proyecto que permitiría adelantar a los 9 meses la detección del riesgo de padecer autismo. La prueba utilizada permite identificar correctamente a los bebés con riesgo mediante la inteligencia artificial.
De momento, es solo un prototipo, pero la Asociación de Familiares y Personas con Autismo de Asturias (ADANSI), trabaja para lograr su desarrollo y su posterior introducción como prueba de cribado en el sistema sanitario del Principado de Asturias.
Un patrón de mirada diferente en los bebés
La prueba indica el nivel de alerta de TEA mediante la presencia de un patrón de mirada diferente en el bebé de 9 meses, con una precisión del 91%, una sensibilidad del 80,7% y una especifidad del 96%. ¿Qué implica la detección tan temprana? Que el niño puede ser derivado a un servicio especializado para implementar, lo más rápido posible, un programa específico de intervención preventiva.
En el proyecto 'Cómo mira tu bebé', se han desarrollado programas de actuación preventiva desde los 9 meses de edad y, según ha explicado, en la Universidad Laboral de Gijón, la responsable del proyecto, Gloria Acevedo, "se ha evidenciado la aminoración de los síntomas del trastorno, disminuyendo la necesidad de apoyo y reduciendo el coste social".
"Estoy plenamente convencida de que esta aportación será un granito de arena para avanzar en el autismo", ha dicho Acevedo, que advierte de que "estamos hablando de un trastorno con una altísima prevalencia del que, sin embargo, sabemos muy poco". "No contamos con un indicador biológico del autismo ni con procedimientos de actuación realmente eficaces", ha zanjado.