Los pozos de tormentas de Gijón evitan los efectos de las borrascas "Louis" y "Mónica"
Gijón cuenta con tres pozos de tormentas para actuar ante fenómenos de lluvias intensas. Evitan las inundaciones que hasta hace dos años eran habituales en la ciudad asturiana
Gijón - Publicado el - Actualizado
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Ya queda en la retina histórica de Gijón aquella imagen de las familias entrando en la Avenida del Schultz a sus casas en una zódiac de los bomberos. Episodios de inundaciones graves, que sufrieron los vecinos de Puerta de La Villa, y el entorno de la calle Mieres y la avenida del Schultz, en los años 70 y 80 del siglo XX. Eso ya no pasa, gracias a la creación del primer pozo de tormentas de Gijón que se instaló en las inmediaciones del Museo del Ferrocarril. Ese gran recinto subterráneo, que parece un garaje, en el que se recogen miles y miles de litros de agua que no inundan las calles y avenidas de la ciudad.
En los últimos años del siglo XXI, los afectados por las inundaciones fueron los vecinos y comerciantes de la calle Brasil, en el barrio de La Calzada. En este caso, el pozo de tormentas del Arbeyal fue la solución a sus problemas.
En Gijón hay tres pozos de tormentas
Gijón tiene en la actualidad tres pozos de tormentas. El de la cuenca central, que está ubicado bajo la avenida José Manuel Palacio, en las inmediaciones del Museo del Ferrocarril, en el barrio de El Natahoyo. El de la playa del Arbeyal, en la zona Oeste de Gijón, que está junto a la sede central de la EMA (Empresa Municipal de Aguas) en la Avenida Príncipe de Asturias. Y el del parque Hermanos Castro, que trata de captar las aguas de la zona Este de la ciudad y la cuenca rural del Piles. Con estas tres grandes infraestructuras hidráulicas se ha conseguido dar solución a un problema que va más allá de las inundaciones y que generaba graves problemas a los vecinos.
¿Qué es un pozo de tormentas?
En palabras de Vidal Gago (director gerente de la Empresa Municipal de Aguas de Gijón) un pozo de tormentas es "un elemento que construimos con una doble finalidad. Por un lado, una función hidráulica para laminar grandes avenidas de agua. Y la otra finalidad de un pozo de tormentas es laminar también las cantidades de contaminación que se vierten a los ríos y a los mares. Porque los líquidos vienen con hidrocarburos y suciedad de las aceras y de las calzadas. Los pozos de tormentas hacen un primer trabajo de limpieza y luego se envían a las depuradoras", aclara el director gerente de la Empresa Municipal de Agua y Decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos del Principado de Asturias.
Freno a los efectos de "Louis" y "Mónica"
La activación de los pozos de tormentas evitó que las últimas tormentas ocasionasen serios daños en las calles y bajos comerciales de Gijón. El momento de máxima precipitación por lluvia de los últimos días se registró el pasado domingo a las cuatro de la tarde con una tormenta de lluvia que dejó 8,4 litros a la hora. El pozo de Tormentas del parque Hermanos Castro registró el mayor nivel de ocupación el lunes 26 de febrero a las dos de la tarde con un 93% de ocupación. Gracias a esa capacidad de almacenamiento, el agua se pudo derivar al tanque del gran pozo y no acabó inundando el parque de Isabel La Católica. Otra consecuencia hubiese sido el envío de aguas sucias y contaminadas, directamente al río Piles y posteriormente a la bahía de San Lorenzo.