Pedro, el jubilado gijonés que desafía al frío bañándose en el Cantábrico: "Cuesta entrar en el agua, pero luego es un placer"

Tiene 66 años y no perdona su chapuzón matinal en la playa de San Lorenzo, "salvo que llueva muchísimo", porque asegura que es revitalizante: "Te activa el cuerpo y quedas nuevo para el resto del día"

Marcos Martín

Asturias - Publicado el

2 min lectura

      
      
             
      

Gijón ha alcanzado en la madrugada de este miércoles los dos grados bajo cero en la estación que la AEMET tiene en el campus universitario de Viesques. La ciudad más poblada de Asturias no escapa a la ola de frío polar que cruza España; pero es una circunstancia que le es indiferente a los habituales bañistas de la playa de San Lorenzo.

Los que, haga frío o calor, nieve o llueva -"salvo que llueva muchísimo", puntualizan-, no fallan a su cita con el Cantábrico. Es el caso de Pedro. Tiene 66 años, es gijonés y está jubilado. En la mañana de este miércoles, en contraste con los que paseaban por el Muro ataviados con gorro, guantes, bufanda y chaquetas, salía del mar con un bañador tradicional como único abrigo. 

Ni neopreno ni otras prendas térmicas para enfrentarse a los 13 grados del Cantábrico. "La temperatura del agua está bien; un poco fría por la época del año... pero bien", ha asegurado, en COPE, Pedro, tras pegarse un chapuzón revitalizante de unos 20 minutos.

COPE Gijón

Pedro, un jubilado de Gijón que no perdona su baño en el Cantábrico a pesar del frío

"Te activa el cuerpo, te deja muy bien para el resto del día... es un placer", explica este gijonés que, aunque reconoce que "cuesta entrar", explica que, "al salir, te quedas nuevo". 

13ºc en el mar cantábrico

Debe de ser ese el motivo por el que no pocos deciden bañarse, todas las mañanas, en la playa de San Lorenzo. Junto a Pedro, han entrado al mar otras cinco personas, que se suman al grupo que se une, cada día, en La Rampona y que, también, se sumerge, a primera hora, en el Cantábrico

A pesar de la constancia, Pedro -que se baña todos los días en el mar- reconoce que le da "un poco de pereza", pero asume que "no lo puedes pensar... porque si no, no vienes". En cualquier caso, con 13 grados en el Cantábrico y 10 de máxima en el ambiente, el mar gana la comparativa: "Se está mejor dentro -asegura Pedro-; cuesta salir y cruzar la arena hasta La Escalerona; pero, una vez estás dentro del mar, estás bien", ha contado.