Picasso y Antonio Cores, una amistad plasmada en fotografías

El Museo de Bellas artes de Asturias rinde homenaje a la figura de Pablo Picasso con una nueva exposición

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El Museo de Bellas Artes de Asturias inaugura la muestra Picasso y Antonio Cores. Con ella, la pinacoteca asturiana ahonda en la figura de Pablo Picasso, en el año en el que se cumplen cincuenta de su fallecimiento, con una segunda muestra en la que el genio malagueño vuelve a ser el gran protagonista. Sin embargo, en esta ocasión, no será su obra sino, sobre todo, su persona la que centre el tema de la nueva muestra. En este sentido, la segunda figura que capitaneará esta nueva exposición será Antonio Cores, uno de los grandes referentes del documentalismo de viaje en España de la segunda mitad del siglo XX, así como un fotógrafo de gran sensibilidad y talento, a quien le unió una especial amistad con Picasso de la que da buena muestra la exposición que se abre al público en la pinacoteca regional.

Alfonso Palacio, director del museo y comisario de la muestra, nos acompañe en Mediodía COPE Asturias, para acercarnos los detalles de la exposición.

Picasso y Antonio Cores. El encuentro está conformado por una cuidada selección de la serie de instantáneas que el fotógrafo nacido en Cádiz realizó del genial pintor a raíz de la invitación que éste último le hizo después de que se conocieran en la primavera de 1966 por mediación del torero Luis Miguel Dominguín, amigo de ambos. Tras este primer contacto, Cores viajaría a Mougins, localidad en la que Picasso residía con su segunda esposa Jacqueline Roque, conviviendo con el artista varios días durante el mes de mayo. Fruto de esa estancia, nacería un conjunto de fotografías realizadas por Cores de las que actualmente se conservan setenta y cuatro. A ellas se suma una más que el propio Pablo Picasso tomó de Jacqueline acompañada del fotógrafo en la terraza de Nôtre Dame de Vie, casa situada en las proximidades de Mougins en la que residía el matrimonio Picasso desde 1961.

Para esta exposición se han elegido sesenta y tres fotografías. Con ellas, la pinacoteca regional reedita y renueva la que entre octubre y noviembre de 2007 dedicó a trece de ellas, aumentando ahora el número y, por lo tanto, ampliando el transcurrir de aquel mágico encuentro. Y es que las fotografías que ahora se exponen en la pinacoteca asturiana no sólo nos muestran a Picasso, sino que poseen un importante valor documental, como así era deseo del propio artista, siendo Antonio Cores uno de los pocos fotógrafos españoles que tuvieron acceso al entorno íntimo y profesional del pintor malagueño. A este respecto, Picasso, lejos de buscar una pose forzaba, prefería este tipo de capturas en las que el contexto, el entorno y su persona se plasmaban reales, completando de alguna manera a proyección humana y, por supuesto, también artística de su persona. Por otro lado, es importante señalar que esta muestra propone, con respecto a la celebrada en 2007, una nueva museografía con una cuidada presentación de cada una de las fotografías, lo que supone un acercamiento totalmente diferente y, por supuesto, mucho más completo del que entonces se hizo