Un joven de Perú llega a Asturias para formarse como sacerdote y descubre otra gran pasión: “Me gusta mucho”
Edgar Perales es uno de los seminaristas que se forman en el Seminario Metropolitano de Oviedo
Oviedo - Publicado el
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“Descubrí que Dios me lo pedía”. Así explica Edgar Perales (Chiclayo, 1998) la vocación religiosa que le trajo hasta Asturias desde Perú para formarse como sacerdote en el Seminario Metropolitano de Oviedo. En su país cursó los dos primeros de cursos de formación teológica que ha completado en la capital asturiana durante cuatro años más. Ahora está preparando el examen fin de grado para poder ser ordenado, este mismo año, como diácono. Será en ese momento cuando comience a “hacer prácticas y dar mis primeros pasos en una comunidad parroquial, acompañando al sacerdote”, según ha explicado durante una entrevista en COPE.
Edgar Perales en los estudios de COPE Oviedo
La vida en el Seminario está bastante reglada. Hay tiempo para la oración, el estudio, la convivencia y, también, para que cada seminarista desarrolle sus aficiones. El fútbol forma parte de las que le interesan a Edgar Perales que se confiesa “muy fan del Real Oviedo”. Este joven peruano que sueña con ser sacerdote sigue con atención todos los partidos del club azul. Como cualquier otro aficionado, se emociona cuando gana su equipo, sufre con sus derrotas y está muy pendiente de sus resultados porque “me gusta mucho el fútbol”. Su principal pasión, sin embargo, es seguir la llamada de Dios porque es lo que realmente “llena mi vida y me hace sentir pleno”.
Seminario Metropolitano de Oviedo
“MI FAMILIA ME VE FELIZ”
Edgar Perales nació hace 26 años en una familia religiosa que entendió “bastante bien” que quisiera formarse para ser sacerdote, aunque “a mi padre le costó asimilarlo al principio”. Sus amigos también apoyan su decisión porque “me ven feliz y me apoyan”. Ahora que ya está en la recta final de su formación teológica, este joven peruano siente que su paso por el Seminario Metropolitano de Oviedo le ha servido para “llenar la cabeza de ideas y el corazón de fuego”. Con esa llama encendida se dispone a llevar alegría por las parroquias. Es catequista en la de Villaviciosa donde, además, ayuda en la celebración de la misa de los domingos. El fin de semana también lo aprovecha para echar una mano como voluntario en el albergue 'Cano Mata' que Cáritas tiene en Oviedo.