El infierno de la ludopatía: la asturiana que llegó a gastar 3.000 euros diarios en el bingo
La avilesina Salomé García Aguirre asegura que “se puede salir, aunque no te curas nunca”
Oviedo - Publicado el - Actualizado
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Lo peor que le pudo pasar a la avilesina Salomé García Aguirre fue entrar en un bingo y conseguir premio. Ese día empezó su calvario. Lo que parecía que había sido un golpe de suerte, por el dinero extra ganado, se convirtió en una adicción. Cuando quiso darse cuenta estaba enganchada al juego y gastaba 3.000 euros diarios en una mesa llena de cartones. En aquella época trabajaba como comercial y en lugar de visitar a los clientes, se iba al bingo. “Estaba todo el día en la calle y acabé perdiendo mi trabajo”. Y no fue lo único que se dejó por el camino. También se quedó sin amigos, arruinó a su familia y generó deudas que “gracias a Dios ya tengo pagadas”. Aquel infierno duró ocho años y ahora lleva nueve sin jugar, pero “sigo siendo ludópata, es una enfermedad crónica que no se cura nunca, aunque se puede salir”.
Salomé García Aguirre, presidenta de CAYLE
Salomé García Aguirre comprobó en primera persona que después de caer hay que levantarse y así fue como creó la asociación desde la que ayuda a personas adictas al juego. El paso fundamental para salir del pozo es “saber por qué empiezas a jugar, porque siempre hay detrás un problema que tratas de esconder y que te lleva al abismo”. A partir de ahí, la rehabilitación es posible, pero exige “ser sincero con uno mismo y con los demás”.
JÓVENES ENGANCHADOS A LAS TRAGAPERRAS
La Asociación Caer y Levantarse (CAYLE) que preside Salomé García Aguirre fue fundada hace cinco años. En ese tiempo, ha visto como aumenta el número de familias que busca ayuda para menores de edad que están atrapados en las garras del juego. Las apuestas presenciales y online van a más, pero también está aumentado el número de chavales enganchados a las máquinas tragaperras. “Ya no son como en mi época, ahora tienen muchas lucecitas que te atrapan, con diversidad de juegos y que permiten apostar dinero”.
Máquinas tragaperras
Pese al avance de la ludopatía, esta avilesina rehabilitada asegura que “se puede salir”. El proceso es “largo y complicado, pero merece la pena”.