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La lucha de una madre de Asturias que perdió a sus hijas asesinadas por el padre: "Quiero que nadie olvide a Amets y a Sara"

El crimen de las niñas de Soto del Barco sigue provocando "angustia" a la Guardia Civil porque "fue un caso fuerte", afirma el capitán Sevillano

Inmaculada Rivas

Oviedo - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

Amets y Sara serían hoy dos jovencitas con toda la vida por delante si su padre no las hubiera matado. Las dos hermanas fueron asesinadas por su progenitor el 27 de noviembre de 2014 en el piso que el hombre había alquilado en San Juan de la Arena (Soto del Barco), a escasos dos kilómetros de distancia del domicilio de la madre. Después de matarlas, se suicidó. Solo quería hacer daño a su exmujer y lo consiguió. A Bárbara García se le vino el mundo encima aquel día. Había perdido de la forma más cruel a sus dos niñas, que entonces tenían 9 y 7 años, respectivamente. 

Una década después, el sufrimiento de Bárbara es descomunal. El recuerdo de las niñas y el apoyo de su pareja son las muletas en las que se apoya para seguir adelante. La madre de Amets y Sara no se extiende en las explicaciones sobre cómo se encuentra. “Bueno, ahí voy, hacia adelante”, ha contado en una entrevista en COPE Asturias. Mantenerse en pie no es fácil, pero lo consigue porque se ha marcado el objetivo de que sus niñas permanezca en la memoria de la sociedad y nadie las olvide. “Mientras esté aquí, mi cometido es que sigan recordando todos los años a mis hijas”. Y lo está consiguiendo. Soto del Barco no perdona el homenaje a las dos hermanas cada 27 de noviembre junto al monolito que fue colocado en el parque en el que tantas veces jugaron, a pocos metros de su colegio. Nunca faltan las mariposas ni las rosas que tanto le gustaban a las pequeñas. “Nos reunimos para recordarlas y para que estén conmigo todas aquellas personas que quieran”, explica Bárbara.

EFE

Monololito en recuerdo de Amets y Sara

Preguntada sobre si se ha sentido acompañada y ayudada en estos diez años de calvario, la madre de Amets y Sara resuelve el tema con un “bueno, sería muy extenso” y no pasa de ese breve comentario. Le cuesta expresar sus sentimientos, porque son suyos y muy dolorosos, y porque también hecha en falta más empatía hacia las víctimas de la violencia machista. Bárbara mantiene contacto con otras mujeres en su misma situación, como le ocurrió a Ruth en 2011, cuando los pequeños Ruth y José fueron asesinados por su padre, José Bretón. “Entre nosotras no tenemos que darnos explicaciones porque sabemos cómo estamos.

"qUE SE HAGA JUSTICIA"

Bárbara siente que no ha habido grandes avances, desde el punto de vista judicial, para prevenir la violencia vicaria. “Solo hay que ver cuántas criaturas perdieron la vida en este tiempo”, lamenta la madre de Aemet y Sara. “Que la Justicia haga justicia, que es lo que tiene que hacer”, ha expresado en COPE.

B.G.

Sara y Amets

RECUERDO "ANGUSTIOSO" PARA LA GUARDIA CIVIL

El 27 de noviembre de 2014 también es una fecha inolvidable para la Guardia Civil. El capitán Juan Antonio Pascual Sevillano llegó aquel día al apartamento que tenía alquilado el padre de Amets y Sara en San Juan de la Arena. Al entrar en aquella casa se encontró con los cuerpos sin vida de las dos niñas tendidos en el suelo, en un charco de sangre, tras haber sido brutalmente golpeadas con una barra de hierro. “Lo recuerdo con bastante angustia”, recuerda quien estuvo al frente de la investigación de aquel terrible crimen.

"LLORARON HASTA LOS GUARDIAS"

Aquel día lloraron hasta los guardias. “Cómo no íbamos a llorar, cualquiera que hubiera visto la escena, habría llorado, eran dos niñas”, rememora con cierta emoción el capitán Sevillano. Los uniformes no protegen contra los sentimientos, “aunque con el paso del tiempo tienes más herramientas para ir superando ese tipo de hechos”, ha explicado en una entrevista en COPE Asturias.

      
             
      

COPE Asturias

El capitán Sevillano con Inmaculada Rivas en COPE

El crimen de Aemet y Sara fue para la Guardia Civil “un caso fuerte” porque la vida truncada de formal brutal fue la de dos niñas, por cómo su padre acabó con ellas y por el dolor de una madre que “luchó para que sus hijas mantuvieran la relación con su padre” pese a que la suya con aquel hombre “no era buena”. Bárbara pelea ahora por mantener viva la memoria de sus hijas y el capitán Sevillano reclama que la sociedad no olvide lo ocurrido porque “no se puede permitir y para que no se repita”.