El truco que desconoces para que la tortilla de patata te quede jugosa
Con cebolla o sin cebolla, aquí te contamos cómo hacer este plato típico español para que convenza a los que le gustan poco hecha y a los que les gusta cuajada
Asturias - Publicado el
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La tortilla de patata es uno de nuestros platos más típicos. A priori, teniendo en cuenta los ingredientes y la receta, parece sencillo de hacer... Sin embargo, cada uno la hace a su manera y hay mucha controversia en torno a este manjar. El más conocido y que más 'enfrentamientos' ha provocado gira en torno a la cebolla: ¿Con o sin cebolla? Pero hay otro elemento con el que somos incapaces de ponernos de acuerdo: ¿Cuajada o poco hecha?
Los que defienden la primera opción rechazan la posibilidad de comer el huevo crudo ("la tortilla se tiene que poder pinchar", dicen). Los que defienden que está poco hecha dicen que si no, se queda demasiado apelmazada. Pero... ¿Y si hubiese una manera de buscar un punto intermedio? ¿Se puede conseguir una tortilla jugosa, que no quede apelmazada, pero que esté hecha? Sí, se puede. Y aquí te contamos el truco para conseguirlo.
La receta es la misma de siempre: después de pelar y lavar las patatas, las cortas con un cuchillo y las fríes en una sartén a fuego bajo. Suelen tardar unos 20 minutos en hacerse, de manera que queden blandas por dentro pero sin dorarse por fuera.
Cuando hayas hecho este paso, echa las patatas en el recipiente en el que has batido los huevos y machacha las patatas hasta que quede una pasta algo grumosa, con algún 'tropezón' de patata (y cebolla, si le has echado).
En una sartén caliente y con algo de aceite, echas la mezcla y la cocinas como lo harías con cualquier otra tortilla de patata, hasta que quede cuajada (aunque si no hay debate, y os gusta a todos poco hecha, la puedes cocinar un poquito menos, a tu gusto).
¡Y ya está! Así de fácil conseguirás una tortilla cuajada y jugosa que convencerá a todos. ¡Buen provecho!