La fuerza de una asturiana tras perder a su hija con cáncer: "Sigo en la batalla"

Si encajar un diagnóstico de cáncer es duro para un adulto, lo es mucho más si el enfermo es un niño o un adolescente. Carmen Toribio recibió el mazazo de su vida en el año 2018. Su hija Alba fue diagnosticada de un osteosarcoma osteogénico con tan solo nueve años. Ese era el nombre y el apellido de la enfermedad que acabó con la vida de la niña el 6 de junio de 2020. La batalla estaba perdida, la familia quedó completamente destrozada pero la lucha continua "para que nadie más pase por esta desgracia", ha expresado en COPE esta madre de Gijón con otros dos hijos mellizos.

"¿De dónde saco las fuerzas?"

La vida sin Alba es tremendamente dolorosa para su familia. Su madre la lleva por bandera y coloca su fotografía cada año en la camiseta con la que sale a correr en las carreras solidarias que organiza la Asociación Galbán por toda Asturias para recaudar fondos que destina a la investigación del cáncer infantil. Este año se celebran el domingo 18 de febrero en todo el Principado.

"¿De dónde saco la fuerza? Pues de mi hija, de su sonrisa y de su voluntad para salir adelante, porque ella me enseñó a mí a vivir", expresa esta madre que forma parte de "un club al que nadie quiere pertenecer".

Investigación por encima de todo

La obsesión de Carmen es hacer visible el cáncer infantil para que sea investigado. Ella quedó impactada cuando descubrió que la enfermedad que sufrió su hija tenía el mismo tratamiento que hace treinta años porque no había habido ningún avance. "Es un tumor minoritario, está considerado enfermedad rara y por eso tiene menos financiación por parte de las instituciones".

Gracias a la Asociación Galbán, que organiza carreras solidarias y otro tipo de actos para recaudar fondos, los científicos del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA), junto a profesionales del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), pueden participar en un ensayo de terapia celular para tratar sarcomas avanzados en pacientes pediátricos.

"La investigación es la única cura que tiene el cáncer", defiende esta madre de Gijón.

Supervivencia del 82 por ciento

El HUCA trata anualmente una treintena de tumores infantiles con una tasa de supervivencia del 82 por ciento. Por tipos, las leucemias, los linfomas y otras patologías hematológicas representan más de un tercio de los casos, seguidas por los tumores cerebrales, los que afectan al sistema nervioso, los renales y los óseos.

Los afectados y sus familias encuentran en la Asociación Galbán un paraguas para afrontar la pelea. También tiene un grupo de duelo para enfrentarse al peor de los desenlaces. Es el programa "Un paso adelante" en el que cuentan con atención psicológica y el apoyo de otros padres que también han perdido a sus hijos por culpa del cáncer. "Aunque no los tengamos aquí, los seguimos cuidando y son nuestra bandera", remarca con fuerza Carmen, una madre coraje que sigue batallando contra la enfermedad que le quitó lo que más quería.