CIENCIA
El Hespérides emprende un nuevo estudio para conocer el fondo marino de Canarias
Completará la cartografía de los fondos submarinos con detalles sobre su relieve, profundidad e incluso composición geológica de los estratos.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El buque oceanográfico de la Armada, Hespérides, ha emprendido desde este jueves una nueva campaña para completar la cartografía de los fondos submarinos de la zona económica exclusiva española en Canarias, -a 200 millas alrededor de las islas-, con detalles sobre su relieve, profundidad e incluso composición geológica de los estratos situados bajo el lecho marino.
El Hespérides comenzó a trabajar en 1998 en la cartografía de esa zona del océano, a la que ha dedicado ya nueve campañas, las últimas seis casi consecutivas, -de 2011 a 2018, salvo 2014 y 2015-.
Para este trabajo, han embarcado en el buque investigadores del Instituto Hidrográfico de la Marina, el Real Instituto y Observatorio de la Armada (ROA), el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y las Universidades de Cádiz y de Las Palmas de Gran Canaria.
El coordinador de la campaña, el físico Manuel Catalá, del ROA, ha explicado que "en el plan de trabajo de este año figura como objetivo hacer un levantamiento completo de la batimetría de dos áreas de océano de responsabilidad española situadas alrededor de Canarias, con una posible tercera, si diera tiempo".
Una de ellas se encuentra al noroeste de las islas, otra se localiza al sur de Tenerife y la tercera, al noreste del archipiélago, en el entorno del monte submarino de La Concepción.
En toda esa zona, el Hespérides se dedicará durante cuatro semanas, -con una parada de descanso en Madeira-, a realizar una cartografía detallada de los fondos y recopilar datos magnéticos, gravimétricos y sísmicos, que le pueden revelar las propiedades de los sedimentos situados bajo el lecho del mar.
Con ello, obtendrá una fotografía de esos fondos, situados a entre 2.000 y 4.000 metros de profundidad, con un nivel de detalle y de información muy superior a cualquier otra tarea del mismo tipo que se ha realizado hasta ahora en esa zona del Atlántico.
La investigadora del IEO, María Gómez Ballester, ha resaltado que "es responsabilidad de España conocer con detalle la configuración de su zona económica exclusiva, no solo por el potencial económico que puedan tener los recursos existentes en esos fondos marinos, sino también de cara a la conservación de esos ecosistemas".
Los investigadores responsables de esta campaña en Canarias no creen que la cartografía submarina que realizan en la zona económica exclusiva de España pueda terminarse este año, sino que calculan que aún les quedan al menos otras dos temporadas de investigación.
Última campaña del Hespérides en la Antártida
El buque oceanográfico de la Armada Española acaba de hacer escala en Las Palmas de Gran Canaria para aprovisionase de cara a su siguiente misión, después de haber navegado durante cinco meses en torno al continente helado unas 24.000 millas (44.400 kilómetros), el equivalente a algo más de una vuelta a la Tierra por el ecuador.
Su comandante, el capitán de fragata Emilio Regodón, ha defendido que la campaña polar de este año ha sido "todo un éxito", no solo por el volumen de proyectos realizados, sino porque los objetivos iniciales de los investigadores que trabajaban en sus laboratorios se han completado en más del 85%".
La tripulación del Hespérides, formada en muchos casos por veteranos ya en la Antártida, regresa convencida de "haber presenciado con sus propios ojos los efectos del calentamiento global, sin necesidad de repasar los datos de los experimentos, porque este año han llegado a donde hace una década era muy difícil o, literalmente imposible", ha subrayado Emilio Regodón.
No solo porque dos de tres las grandes barreras de hielo Larsen hace tiempo que desaparecieron (la primera se disolvió en 1995 y la segunda se perdió en 2002), sino porque el verano comienza antes en la Antártida, termina más tarde de lo que era habitual y ofrece la posibilidad de llegar con el barco donde antes era imposible, porque el paso lo bloqueaban muros de hielo de 100 metros de altura.
"Ahora hay zonas donde podemos llegar no solo los buques científicos, sino también los turísticos. Lugares que eran simplemente inaccesibles, porque el hielo te vetaba el paso", ha relatado el comandante del Hespérides.