SALUD
El bótox: desmontando mitos y falsas creencias
El botox también posee un uso terapéutico, la mayoría afectan el sistema neuromuscular
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Madrid - Publicado el - Actualizado
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El bótox es una de las técnicas más avanzadas y populares para suavizar las líneas de expresión propias de la edad, su nombre es un acrónimo de la toxina botulínica, una bacteria denominada Clostridium Botulinum que posee diferentes usos cosméticos y médicos. Su empleo no sólo hay que circunscribirlo en el área de belleza facial, también se utiliza para tratar ciertas enfermedades neurológicas que generan una hiperactividad muscular.
En cuanto en al empleo dermoestético, ofrece muchas ventajas al paciente como la posibilidad de evitar la cirugía, al no ser una acción invasiva, la técnica es indolora y sus efectos son inmediatos y prácticamente no tiene contraindicaciones.
La doctora de la unidad de dermatología de Hospital Perpetuo Socorro, Mila Alvarado, asegura que “el bótox posee más de setecientas aplicaciones a nivel dermatológico y otras especialidades, se utiliza para el bruxismo, el exceso de sudoración en la zona de las axilas, para las palmas de las manos y plantas de los pies entre otras aplicaciones.”
Debido a su gran popularidad, el bótox ha generado muchísimos mitos, la más extendida es que su uso solo está indicado para personas mayores, la especialista remarca que “es totalmente falso, cada vez se habla más de sus propiedades preventivas que correctivas y para evitar que las arrugas sean dinámicas también se recomienda a personas adultas”.
Además, al utilizarse para otras patologías, es perfectamente posible que los jóvenes acudan al bótox, también para mejorar su aspecto: “No existe un límite de edad, el envejecimiento es multifactorial y personal y en este proceso interviene no solo nuestra genética, también el hábito de vida”.
Otro de los mitos que arrastra esta técnica es que lesiona la piel, en este sentido la doctora Alvarado apunta que “tras este medicamento hay más de 20 años de investigación, por lo que no es dañino para la piel, ni para el organismo”.
Alvarado también desmonta el mito del rostro sin expresión, sobre este asunto apunta que “lo que se busca es conservar la dinámica facial, dar una apariencia renovada, fresca y natural, aunque es necesario reconocer las adaptaciones anatómicas que puede tener una persona para evitar la cara de sorpresa y rostro congelado”.
Otra de las falsas creencias es que el bótox rellena arrugas, la doctora destaca que “esto no es así, la toxina como tal, no rellena arrugas, podrá reponer volúmenes perdidos, entonces, tampoco puede deformar un rostro”.
ACUDIR SIEMPRE A UN PROFESIONAL
Para evitar efectos adversos y sorpresas desagradables que incluso podrían generar patologías, la aplicación del bótox siempre debe llevarse a cabo en centros médicos especializados y bajo la supervisión de un profesional acreditado, el especialista, después de una breve entrevista con el paciente, realiza un estudio integral de la zona a tratar para conocer la dosis de toxina necesaria en función de la demanda y posibilidades del paciente.
En la administración del bótox se utiliza una jeringa muy fina que se inyecta en el músculo a tratar, logrando la parálisis el mismo, para que el tratamiento sea el esperado es preciso un conocimiento específico de la zona para conocer el mejor lugar de administrar la inyección sin perjudicar otras zonas del rostro.