Contraseñas en redes sociales: "Debemos ser elementos activos de nuestra seguridad"

Los expertos recomiendan emplear palabras extrañas o incluso en otros idiomas para garantizar nuestra seguridad

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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El establecimiento de una contraseña es uno de los pasos más importantes a la hora de abrir un perfil en redes sociales y los expertos recomiendan que le dediquemos tiempo de calidad y asegurarnos que elegimos un password suficientemente complicado para que sea muy difícil acceder a nuestras cuentas.

Posibilidades hay muchas, algunas de ellas las hemos repasado en los micrófonos de COPE Gran Canaria con Roberto Moreno, gerente de la ULPGC. El primer consejo es eliminar la costumbre que muchos tenemos de poner la misma contraseña en todas partes, una práctica que este experto considera incluso peligrosa para nuestra seguridad virtual. También recomienda cambiar rápidamente la contraseña autogenerada que muchas veces nos dan, a pesar de que aparente no tener sentido.

El tamaño en este caso sí importa, así que, cuanto más larga mejor porque será más difícil crackearla. Más de ocho caracteres, con palabras raras, poco comunes, cuanta menos significación mejor, apunta Moreno, o incluso pensar en idiomas que no son propios. “Escribirlo en suajili, ayuda”, afirmaba.

Este especialista recomienda utilizar una regla nemotécnica personal. Y ponía un ejemplo sobre cómo construirla a través de algún hobby que tengamos o platos de cocina que nos gusten. “Pongamos en una lista diez platos y al lado una contraseña, que no una palabra, que le recuerde el plato a degustar. A la cuarta está memorizada”, aseguraba.

Moreno ha destacado que elementos de protección como el doble factor contribuyen a aumentar nuestra seguridad. Este sistema establece un escalón más de seguridad a la hora de reconfirmar nuestra identidad y que ha demostrado su eficacia si relacionamos el número de personas que la usan, con los incidentes que han tenido lugar. Pero Moreno insistía sobre todo en que seamos elementos activos de nuestra propia seguridad, ya que “gran parte de nuestro quehacer en las redes es telemática y nuestra información está protegida...y si nuestros datos están en peligro, podemos dejar una puerta abierta a otros datos”, explicaba.