SOCIEDAD
Foro Isleta: "La vivienda vacacional rompe a las familias y genera un éxodo de vecinos"
Mientras La Isleta ve con buenos ojos la declaración de zona tensionada en el barrio, Guanarteme cree que el problema de gentrificación lo genera el Ayuntamiento con el PGO
Gran Canaria - Publicado el - Actualizado
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El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, a petición de la Concejalía de Turismo, que dirige Pedro Quevedo, está trabajando en una declaración institucional para declarar el distrito Isleta-Puerto-Guanarteme como zona tensionada con el objetivo de regular el notable incremento de precios de los alquileres en la zona.
Hay división de opiniones entre los vecinos de ambas áreas, el portavoz del Foro La Isleta, Félix Alonso, en declaraciones a Herrera en COPE Gran Canaria, ve con buenos ojos la declaración de zona tensionada, incluso cree que “llega tarde, porque considera que “este asunto se debería haber abordado hace 5 años,” asegura que la subida de precios que ha experimentado los alquileres y la compraventa de viviendas en La Isleta “se ha ido agravando”, e incluso está generando una “diáspora o éxodo” de vecinos que ya no pueden pagar el alquiler y a la vez “está rompiendo familias.”
"Se está pidiendo 2.000 euros por un estudio de 25 metros cuadrados".
Al igual que el concejal, culpa de la desbocada escalada de precios al alquiler vacacional incluso advierte que se ha detectado la llegada de extranjeros que compran edificios enteros para dotarlo a la vivienda vacacional y “ni siquiera están empadronados en la capital, “estamos viendo caras nuevas en La Isleta que antes no se veía mientras se están desplazando a familias enteras que siempre han residido en el barrio. Ejemplifica su opinión asegurando que “se está pidiendo 2.000 euros por un estudio de 25 metros cuadrados”.
Alonso reconoce que el barrio tiene un problema de vivienda vacía y antigua y considera que los motivos son varios; “en muchas ocasiones los herederos no se ponen de acuerdo para venderla”, pero matiza que añadir más viviendas al mercado podría generar un efecto pernicioso, por una parte, admite que podría conllevar una bajada de precios pero también “puede ser una bomba de relojería,” porque conllevaría un acuerdo entre los herederos que aumente el precio del suelo.
El portavoz del colectivo apunta que la isleta ya tiene “un problema de gentrificación”, asegura que es “el barrio con más presión demográfica de la capital”, remarca que en el barrio vivien unas 25.000 personas y cada vez tienen más problemas sociales, ejemplifica su opinión asegurando que se está pidiendo
En Guanarteme, se acusa al ayuntamiento de fomentar la gentrificación
Otra de las zonas que desea controlar el ayuntamiento es el barrio de Guanarteme, el miembro de la plataforma Guanarteme se Mueve, el problema está en el origen, asegura Guillermo Robaina que lo que habría que modificar es el Plan General de Ordenación Urbana “que está fomentando la gentrificación”, apuesta por una herramienta que genere más participación entre la ciudadanía para decidir las modificaciones arquitectónicas que se deben hacer en el barrio así como “más trasparencia de los procesos entre los gobiernos.”
En cuanto a la declaración de zona tensionada cree que podría traer buenos resultados, pero también otros negativos. El barrio de Guanarteme está en plena modificación urbanística que muchos vecinos tildan de especulación con grandes edificaciones que a juicio de los vecinos perjudican la vida en el barrio porque lo gentrifica y modifican su estructura que siempre ha estado caracterizada por 'viviendas terreras'.
El problema, según aseguran los vecinos, es que esto se hace a espaldas de ellos que no ven en la participación ciudadana como un vehículo para conocer la opinión e intervenir en las decisiones del Ayuntamiento con el futuro del barrio.
En definitiva, el problema hay que afrontarlo con la búsqueda de soluciones efectivas, mientras tanto, los residentes de estas zonas presionadas se enfrentan a un futuro incierto, donde la estabilidad y la seguridad de sus hogares ya no está garantizada. En esta lucha entre la rentabilidad y la comunidad, el destino de estas zonas está en juego.