SOCIEDAD

El sufrimiento silencioso: "Los cuidadores de personas discapacitadas lo perdemos todo"

Magdalena Fernández, presidenta de ACUIGRANCA, advierte que los cuidadores y cuidadoras no tienen ayuda: "Lo hemos perdido todo y no nos ayudan"

Javier Benítez

Gran Canaria - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

En el silencio de las horas nocturnas, cuando el mundo parece dormir, una realidad oculta emerge: la soledad de los cuidadores de personas discapacitadas. Estos héroes invisibles, cuyas vidas están dedicadas al cuidado de seres queridos, enfrentan una batalla silenciosa contra el aislamiento y el agotamiento emocional.

Por Herrera en COPE Gran Canaria pasó, la presidenta de la Asociación de Cuidadores y Cuidadoras de la isla, Magdalena Fernández, quien se lamentó que los cuidadores y cuidadoras “pierden su autonomía, su sociabilidad, físicamente y mentalmente no lo pasan nada bien, porque, a pesar de que lo hacemos con mucho amor, si no tienen un espacio para ellos, lo pierden todo, dejamos muchas cosas atrás; es un desgaste físico y psicológico”

"Sufrimos momentos muy difíciles"

Magdalena Fernández ha sufrido en primera persona este deterioro individual, en su caso su madre sufrió Alzheimer con 90 años, pero asegura que “fue bastante acelerado”, se ocupaba su hermano, pero se generaban situaciones “muy difíciles para ayudarla”, hay momentos que la persona afectada piensa que es perder su dignidad y vergüenza si el cuidador la ayuda a realizar diferentes acciones, una de ella es el momento del aseo: “Tuve que ir a ayudarle, porque personas mayores no quieren que sus hijos varones, la cambien o la bañen”.

Las largas horas de cuidado a menudo significan renunciar a la vida social y a las relaciones personales. La carga emocional de ver sufrir a sus seres queridos día tras día se convierte en un peso solitario que llevan en silencio. Las conversaciones se reducen a diálogos con médicos y terapeutas, mientras que las salidas se limitan a visitas al supermercado o consultas médicas.

Los cuidadores y cuidadores a veces terminan peor que la persona a la que se dedican

Reconoce que dada la situación de desgaste, le generó ansiedad y estrés afectando seriamente a su salud mental, no obstante, admite que gracias a la organización “lo llevé mucho mejor”, en ella, gracias a los conocimientos y habilidades que adquiere talleres que nos imparten y sobre todo a las enfermeras de enlace, les enseñan que “siempre es necesario tener una hora mínimo para ti, porque si no, te saturas y no das para más.”

Esta erosión psicológica es muy dañina para la persona que cuida e incluso en ocasiones “nos comparamos con la persona que estamos cuidando,” además esto podría generar incluso el brote de una patología. “Hay gente así, yo he cuidado y he terminado físicamente y mentalmente peor que la persona que cuida y esto se multiplica cuando hay cuidadores que cuidan a más de una persona.”

No hay ayudas a los cuidadores y cuidadoras, "lo perdemos todo y no nos ayudan para nada"

La presidenta, también, critica la falta de interés por parte de las administraciones y la ausencia de ayudas “nos ayudan muy poco y cuando dan una paga, se lo dan al dependiente, y el cuidador lo ha perdido todo y no lo ayuda; para nada hay ayudas a los cuidadores”.

En última instancia, la soledad de los cuidadores de personas discapacitadas es un recordatorio conmovedor de la importancia de reconocer y apoyar a aquellos cuyo amor y dedicación no conocen límites. Detrás de cada sonrisa cansada y cada gesto de cuidado, yace una historia de sacrificio silencioso que merece ser escuchada y valorada.

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